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De carpetas y recetas

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De carpetas y recetas

El socialismo del siglo XXI es una oportunidad de negocios, y no se requieren grandes inversiones ni sofisticadas tecnologías.

 

Basta tener un amigo bien enchufado o estar enchufado en el Gobierno. Sin necesidad de rezos ni promesas y con sólo aparentar disciplina y lealtad a las figuras cimeras de la revolución no hay que esperar hasta dos años para comprar un carro baratón a crédito y todo el proceso se hace más expedito y con resultados más lujosos y cómodos.

 

Lo casos sobran, por ejemplo, el importador o fabricante de las carpetas marrones y ganchos que exige Cadivi para tramitar las solicitudes de divisas de los viajeros.

 

Obviamente, son millones las que se han comprado y desechado en estos casi diez años de implantación del modelo burocrático cubano, cuando se pasó de la simple hojita de solicitud al enredo de carpetas, ganchos, separadores, etiquetas y demás obstáculos creados para desmotivar al grueso de la población de presentarse a buscar lo que por ley le pertenece.

 

Cadivi sólo utiliza una hojita de todas las que recibe, lo demás se desecha, no archiva las carpetas ni las recicla. Tampoco las manda a las escuelas bolivarianas para que las aprovechen los niños, sino que van a parar al basurero.

 

Todo el trámite se podría hacer por Internet, fácil y rápido, y sin necesidad de imprimir siquiera una hoja de papel, igual que como se hace el trámite del pasaporte.

 

Con la obligatoriedad de que todas las medicinas, menos 172, sean expendidas sólo con prescripción médica, no sólo se le multiplica la oportunidad de comprarse la camionetota de su sueño al que firma y sella el récipe, sino a todos los integrantes de esa cadena de imprentas que los manufacturan y a los intermediarios que desde La Habana se ocupan de las compras de los medicamentos genéricos en la India y China.

 

El socialismo es un gran negocio para los pocos que manejan las palancas del poder, los que ponen controles y los refuerzan, no para la población en general que lo único adicional que recibe es la obligación de hacer cola y no desesperarse si los médicos cubanos prologan su charla después de almorzar en el comedor que les habilitaron en el antiguo salón de fisioterapia del Centro Diagnóstico Integral.

 

En 14 años el socialismo ha sido incapaz de presentar siquiera un proyecto de plan nacional de salud o de completar el plan de seguridad social que encontró en 1998, y evitar que los sueldos y las pensiones sólo alcancen para comprar las medicinas.

 

Los socialistas, modelo soviético-militar, han estado ocupados acumulando capital y comprando relojes de marca. Remato ruiseñor y una caja de alpiste, aproveche antes de que necesiten récipe.

 

Ramón Hernández

 

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