Cuatro trillones
diciembre 1, 2019 8:06 am

 

En las últimas semanas, el precio del dólar ha venido aumentando de manera acelerada y con él la desvalorización del salario, las pensiones, jubilaciones y el ahorro de los venezolanos actualmente arruinados. En uno de los días de la semana que hoy concluye un dólar se llegó a cotizar en Bs. 40.500. Mediante una operación aritmética para devolverle a la moneda los tres ceros que le fueron sustraídos en enero de 2008 y los cinco ceros de agostos de 2018 con las reconversiones monetarias, se obtiene que 1$=Bs 4.500.000.000.000, es decir un dólar equivale a cuatro trillones quinientos mil millones de bolívares. Pobre bolívar. Esta cifra es muy difícil de asimilar pero deja muy atrás lo ocurrido en los episodios de las grandes hiperinflaciones que ha sufrido la humanidad.

 

 

Una moneda no se deprecia por generación espontánea. Debe ocurrir algo que haga que los ciudadanos del país donde la moneda circula no la quieran y en su lugar deseen mantener otros activos, entre ellos, el dólar, el euro o cualquier bien físico. De esta manera el Banco Central de Venezuela puede crear o emitir todo el dinero que desea a solicitud del régimen para financiar el déficit fiscal. Eso es una cosa y otra muy distinta que quienes reciban ese dinero están dispuestos a mantenerlo. Si la gente anticipa que la inflación va a aumentar como resultado de esas emisiones monetarias para financiar el déficit fiscal, el resultado incuestionado será que habrá más demanda por dólares o euros que se compararán con los bolívares que el público ya no quiere, para así proteger su patrimonio. Eso hace que la demanda de bolívares colapse y como esa información se propaga por la economía, comienza la carrera para desprenderse de los bolívares para adquirir dólares y quien llegue tarde lo comprará más caro.

 

 

Así funciona la economía y quien no lo quiera entender pues que no lo entienda. Con motivo del pago de los bonos navideños claramente la demanda de dólares ha aumentado y caído la de bolívares, de allí que la moneda estadunidense suba de precio mientras la moneda venezolana pierde valor. Esta situación ha sucedido en medio de una restricción monetaria que se ha traducido en una elevación de la tasa de interés interbancaria hasta casi 1.000%. Ello quiere decir que la política monetaria se ha tornado absolutamente ineficaz para contener el alza del dólar y lo que más bien está provocando es una contracción monumental de la economía. Venezuela está en manos de unos aficionados que están jugando a la economía, además son profundamente ignorantes en el manejo de los asuntos financieros.

 

José Guerra