La impresionante cantidad de firmas recabadas para activar el proceso revocatorio, dejó en claro el nivel de rechazo que tiene este gobierno. En pocas horas se nonuplicó la cifra requerida; siendo además un récord mundial en este tipo de jornadas. Se logró sin fatigosas cadenas de televisión, el chantaje a los empleados públicos; así como la política clientelar de repartir electrodomésticos y bolsas de comida. Los ciudadanos llegaron venciendo todos los obstáculos posibles, dejaron el miedo a las represalias de un régimen cada día más insignificante. Quedaron en los suplicios de las pardas chillonas; todos esos funcionarios que trataron de frenar el aluvión de personas que acudió a los centros de recolección.
El régimen debe saber que semejante manifestación de voluntad democrática demuestra los que todos los muestreos de opinión sostienen: La espeluznante impopularidad de la gestión Maduro se aproxima al noventa por ciento, cifra estratosférica tomando en consideración el poder que manejan como ideología inescrupulosa. Al verse acorralado por la suprema voluntad de la gente la administración revolucionaria activó su CNE. Las marionetas que son mayoría complaciente en el órgano inmediatamente siguieron la estrategia emanada del PSUV, torpedear todo lo que sea posible para ponerle palos a la carreta en el proceso constitucional que apenas se inicia, ya estaba cantado que las funcionarias se agarrarían de cualquier recurso para impedir que su presidente salga de Miraflores. Saben que cuando todo esto fenezca tendrán que responder por sus actuaciones no muy cónsonas con la moral. Que podamos contar con una justicia proba que investigue las muchas inversiones de las que gozan en el mundo.
El CNE debe respetar el ejercicio democrático de un pueblo, la apertura de un proceso revocatorio de la figura del presidente Nicolás Maduro está ajustada a derecho, además de haber cumplido con todos los requisitos para la fase inicial. No existe excusa procedimental para ser tan lentos en la revisión. Con cuanta velocidad actuaron en las inútiles firmas contra el presidente Obama, este cuerpo apareció convalidando un apoyo a varios funcionarios venezolanos acusados por narcotráfico. Igual ocurre con la negativa a solicitarle la real partida de nacimiento de su jefe. Peor aun cuando vimos a Tibisay Lucena mostrar un documento que presumiblemente era falso, por lo cual sería un nuevo delito para esta señora de frecuentes viajes a una propiedad muy exclusiva en Santo Domingo. Un paraíso dominicano en donde habitan algunos personajes sombríos del régimen. Es la funcionaria que pasaba semanas en La Orchila llevándole todos los asuntos a Hugo Chávez, casi todas las acciones que favorecían al régimen salieron de aquellas sesiones en el paraíso del Caribe. Esas prácticas seguramente continuaran hoy; teniendo a Jorge Rodriguez como el operador pragmático en la relación del gobierno con sus subordinados del CNE. Este referente gubernamental es quien le ordena a estas comadronas del parto diabólico; son ellas las comparsas de una falacia que nos retuerce el pescuezo.
El gobierno sabe que cualquier elección la pierde por paliza, por eso trata de fomentar disturbios y saqueos para calentar la calle. Todo en un marco de enlodar a la oposición con actos vandálicos. Es muy importante actuar con cabeza fría. Es el momento de tener racionalidad para avanzar, es fundamental que la protesta sea contundente y pacífica. Será responsabilidad de Tibisay Lucena si por su culpa crece la protesta en la calle por su falta de escrúpulos…
@alecambero
Alexander Cambero
