«Se debe sacar la especulación de nuestra economía como sea. Es el compromiso que tenemos con el pueblo» ha expresado el vicepresidente Jorge Arreaza, con asomo de satisfacción, a quien se la ha visto muy activo haciendo decomisos de mercancías últimamente.
La expresión «como sea» parece haberse «inoculado» en la jerga gubernamental para referirse a situaciones incontrolables o imposibles para el Gobierno. La expresión la lanzó Nicolás Maduro cuando dijo «ganaremos las elecciones como sea» y ahora el Vicepresidente la utiliza para decir que de la noche a la mañana bajarán los precios de los productos «como sea».
Y en este caso, como en el de Maduro, «como sea» es a punta de pistola. En el primero como amenaza y en el segundo con las milicias y un contingente de funcionarios que se apropian de los productos de pequeños comerciantes sin que medie alguna medida legal y sin derecho a la defensa, es decir «como sea».
El pasado lunes, encabezado por el ministro de Alimentación, Carlos Osorio, y acompañado de guardias nacionales fuertemente armados, milicias y funcionarios, tomaron unos galpones ubicados en Quinta Crespo en el edificio Pasaje Farías.
Según el reporte de la periodista Dulce María Rodríguez, el Ministro llegó al lugar y sin mediar palabras le dijo a los comerciantes: «está expropiado todo».
Los comerciantes de Quinta Crespo habían invertido todos sus ahorros, más las deudas contraídas, para adquirir los productos navideños y para las hallacas, que colocarían en sus puestos de mercado para los días de diciembre. Los adquirieron con tiempo como suele hacerse en estas fechas además de preveer escasez o aumentos de precios. De un solo golpe los pequeños comerciantes se quedaron sin nada: «el Gobierno nos robó la mercancía» dijo uno de los afectados casi sin poder creer lo que le estaba ocurriendo.
Los comerciantes intentaron dialogar, mostraron sus legítimas facturas con las que adquirieron las mercancías pero la respuesta fue: «No hay factura que valga, nos llevamos toda la mercancía por orden del presidente Maduro».
Más allá de la estupidez de pensar que a punta de fusil se endereza la economía del país, es de resaltar la arbitrariedad con que los organismos públicos y las fuerzas de seguridad actúan contra una población indefensa. Es indefensa no solo frente a las armas sino que es indefensa frente a la ausencia de Estado de Derecho. «No hay factura que valga»; «todo está expropiado»; «por órdenes de Maduro»; «como sea», son la expresión coloquial de que en Venezuela se impuso la arbitrariedad desde el poder.
Desde hace tres años hemos visto a altos funcionarios entrar a establecimientos comerciales escoltados por funcionarios armados; hemos visto arruinar comercios, desaparecer mercancías, llevar a empleados y propietarios presos, expropiar establecimientos de larga trayectoria. Todo adosado con un lenguaje agresivo, impositivo y justificado en una supuesta protección al pueblo.
Las consecuencias de ello han sido la desaparición de la calidad de vida de la ciudadanía y la ruina de muchos venezolanos.
Todo ello se sintetiza en la expresión de impotencia y desasosiego de ese venezolano que trabaja en Quinta Crespo y vio perder de un solo golpe todo su patrimonio: «estoy quebrado, debo más de la mitad de la mercancía».
Así, como él, hoy está la mayoría del pueblo venezolano.
Francisco Olovares
@ folivares10
