Hace pocos días se informó que un adolescente de 17 años fue detenido en relación al asesinato de Eliécer Otaiza, acusado de coautoría en homicidio calificado cometido con alevosía en la ejecución de robo y robo de vehículo automotor.
Hace 15 años, cuando comenzó la mal llamada «revolución», ese joven tenía apenas 2 años. Lo más probable es que sea un desafortunado desertor escolar o que nunca haya tenido la oportunidad de ir a una escuela. De acuerdo a las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas, más de 50 mil niños entre 7 y 12 años no asisten a la escuela, sin que en quince años se haya podido poner como prioridad que no quede un solo niño en el país sin tener un pupitre donde sentarse y contar con un buen profesor. Más grave aún, en 1997 había 620 mil hogares en condición de hacinamiento crítico y quince años más tarde no solo no ha mejorado la situación de los hogares más pobres, sino que la cifra ha aumentado a casi 743 mil.
Seguramente este adolescente, al que le esperan 30 años de cárcel y una prisión infrahumana, salió de un hogar en condición de hacinamiento, condenado de antemano por falta de oportunidades. Por supuesto que para Maduro y la cúpula que lo rodea es más fácil echarle la culpa al imperio en vez de asumir su barranco.
Adicionalmente, esta semana se pudo conocer que varias decenas de estudiantes de medicina nicaragüenses, becados por el gobierno venezolano para estudiar en nuestra tierra, decidieron regresarse a su país a completar sus estudios, agobiados por la escasez que nos carcome a todos, aunado al retraso del Gobierno para pagarle a los muchachos la beca. Muy penoso este episodio, que representa una nueva mancha para la imagen internacional de nuestro país.
Maduro no quiere a los pensionados
Indigna ver las largas colas que deben sufrir cada quince y último nuestros pensionados y jubilados. No se les trata con el debido respeto y consideración. En días recientes se quejaban, con toda razón, porque el Gobierno no les ha ajustado todavía la pensión, a pesar del decreto presidencial de sueldos y salarios efectivo para el 1 de mayo. El gobierno nacional los trata como ciudadanos de segunda clase, a pesar de los largos años de servicio que todos han aportado para el desarrollo y crecimiento de nuestra patria.
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Por Julio Borges
