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Bolívar, ¿traidor?

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Bolívar, ¿traidor?

 

Traicionar es un señalamiento muy fuerte para emplearlo con ligereza. Con un tremendismo colosal se busca reducir y destruir la moral y los ímpetus ajenos, sin importar rango ni categoría. A Bolívar, Miranda o Santander se les endilga de traidores o traicionados. Y en el transcurrir de la historia ¿es justo mutilar la grandeza de estos hombres por razones ideológicas, pragmáticas o fanáticas?

 

 

Cuidado con aquellos “conflictos de intereses” donde el verdadero aprieto no es ético ni principista, sino personal e individualista. Ahí-por cierto-tampoco reposa traición sino una supina y crasa ignorancia.

 

 

De la traición a la banalidad

 

 

En el ámbito del derecho la traición es el delito que comete un civil o un militar cuando atenta gravemente contra la seguridad de la nación. Conspirar contra el gobierno, sublevarse frente a las autoridades, realizar actividades terroristas o cooperar con naciones enemigas son algunas de las acciones consideradas como traición y penadas por la ley […] El DRAE nos dice [traición] es del latín traditĭo, falta que quebranta la lealtad o fidelidad que se debería guardar hacia alguien o algo.

 

 

En el derecho traidor es aquél que se subleva contra autoridades legítimas. Y en lo cotidiano traiciona quien defrauda por no ser leal a una causa, a la sociedad, a un compromiso a un ideal. Judas Iscariote ha sido la máxima representación de la traición cristiana por ser quien entregó a Jesús. ¿Quiénes han atentado contra un gobierno legítimamente constituido? ¿Quiénes han convertido a Venezuela en una sucesión de cooperantes que han entregado a la patria a intereses extranjeros? ¿Quiénes llegaron al poder habiendo sido sobreseídos de delito de traición y sublevación y hoy encarcelan y torturan a inocentes defensores de principios republicanos? Enderecemos la brújula…

 

 

Historiadores, escritores, intelectuales, han dicho que “Simón Bolívar no sólo era un traidor y un conspirador, si no también uno de los cobardes y petimetres más prolíficos de la historia […] El ‘Napoleón de las retiradas’ fue el mote irresponsable que Karl Marx colgó al ‘Libertador’.

 

 

De episodios trillados va plagada la literatura que intentan desfigurar la gloria de Bolívar [como desfiguramos la propia], como que el título de Libertador le fue “usurpado al General Francisco de Miranda” por ser “el precursor y más precoz de los protagonistas independentistas, creador del nombre de Colombia y de la bandera tricolor que engalana a las repúblicas del norte de Sudamérica”. Agregan con desenfado y manipulación de la realidad “que Bolívar traicionó a Miranda una noche de 1812 para entregarle a los oficiales del Imperio Español; que facilitó el enfrentamiento con José María Córdova; ordenó de manera canallesca el fusilamiento de Piar o saqueó a Santafé de Bogotá en 1814 [dixit Marx, ‘Bolívar y Ponte’]” Fin de la cita.

 

 

Historias impulsadas por egos, chauvinismos y peligrosos resentimientos que destruyen la cultura, desvían la verdad y arruinan el plasma de cualquier plan liberador.

 

 

El 7 de Agosto se cumplen 200 años de la Batalla de Boyacá [1819]. Bolívar acompañado a la vanguardia por Francisco De Paula Santander, José Antonio Anzoátegui, por el Jefe del Estado Mayor, Carlos Soublette y por campesinos de Tunja y San Lázaro, derrotaron al ejército realista al mando del Español José María Berneiro. ¿Cabe llamar traidor a Bolívar o Santander por sus diferencias? ¡Cuidado! Cuando los simplismos envilecen el verbo y reducen la historia a la banalización, se siembra la semilla de la vanidad, anatema de toda causa superior. ¿Historia reciente?

 

 

De San Mateo a Santa Marta

 

 

Bolívar nace en cuna de oro y muere en cama de ‘sabanas rotas’…Cuanta magnanimidad murió en la soledad y la miseria. Cuanto legado. ¿Merecen los fanáticos de la antihistoria llamarle traidor? ¿Algún parecido a la anti política?

 

 

Tras Boyacá se logra la independencia de la Nueva Granada y el Congreso de Angostura alumbra la Gran Colombia. En 1821-Congreso de Cúcuta-Bolívar fue declarado presidente y Santander vicepresidente. Visiones distanciadas de la causa independentista dividieron a los próceres. Bolívar centralista, de presidencia vitalicia. Santander legalista, federalista. Predijo Santander: “Las armas os han dado la independencia, las leyes os darán la libertad”, mientras exclamó Bolívar: “Aré en el mar para conseguir la unidad de los comandantes frente a los Españoles”. Diferentes perspectivas pero ninguna traidora. Y el final llegó…

 

 

De la grandeza al sepulcro

 

 

“Con valor se acaban los males”, dijo Bolívar. Y añadió: “el hombre apoya su moral en las verdades reveladas”. La verdad de Carabobo (1821), de la meseta de Bombón en el Alto Perú (Pampas de Junín/1824), o la liberación de la Nueva Granada de Boyacá (1819). Épicas cuyo valor acaban con la maldad, con la falsa imputación. Honor que excedió a su pasión. Ese es el legado de Bolívar. La gloria de un hombre expresada en hechos, en entrega, sacrificio y muerte por un ideal.

 

 

Destruir la moral de los pueblos y de los líderes por anteponer la propia, hacer apología dela traición con acritud e injusticia, no es coraje. Hacer más, unir más, y no renunciar al honor de luchar por la libertad, es nobleza. Lo contrario tampoco es traición. Es peor: ¡Es jactancia!. Semilla de la vanidad, anatema…

 

 

 

 

Orlando Viera-Blanco 

@ovierablanco

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