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A prueba de choros

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A prueba de choros

Para Samán no es coherente que un choro ataque a un chivo del Gobierno

 

El señor Samán asegura que los ladrones normales no se meten con «los chivos». Al expresar tal idea, su intención desde luego fue la de argumentar que lo ocurrido, cuando su «caravana oficial» fue víctima de un asalto armado por parte de tres delincuentes, todos fallecidos en la acción, no fue un simple atraco sino un atentado contra su vida.

 

Más allá de lo que pudieran arrojar las «investigaciones», que inicialmente fueron calificadas como «intento de atraco» por el Cicpc, lo expresado por el director del Indepabis es la confesión de que él, como un jefe de la revolución, goza de una condición que está por encima del resto de los ciudadanos.

 

Lo primero entonces es el reconocimiento de que él, como alto funcionario es un «chivo». Al resultar los tres atacantes muertos denota la ingenuidad de los choros al haber osado intentar atracar a este chivo que nunca andaría solo sino con un buen número de escoltas que lo protegen y ofrecen su propio pellejo para la defensa de la vida del chivo. No hay ningún alto funcionario, o chivo que se respete, que no circule en una camioneta totalmente blindada, vidrios ahumados y escoltas adelante y atrás.

 

Quizás por eso es que los altos funcionarios del Gobierno siempre han achacado la violencia callejera a campañas de los medios de comunicación y no a hechos reales, por lo cual han afirmado que la violencia y la alta cifra de muertos por disparos en nuestras calles es «una sensación» creada por los medios para destruir la revolución. De allí entonces la incredulidad de Samán de que fuera atracado.

 

Otra lectura que podría desprenderse de su expresión «los ladrones no se meten con los chivos» es que ha sido el propio Gobierno y sus chivos, quienes han armado y protegido a bandas que anidan en las barriadas con la «misión» de salir en defensa de la revolución. Pero todos saben que esas mismas bandas, atracan y asesinan en sus horas libres. Por lo que sería lógico que para Samán no sea coherente que un choro ataque a un chivo porque comparten los mismos intereses.

 

Los venezolanos ya se han acostumbrado a mirar la vida de estos chivos. Viven en grandes casas de buenas urbanizaciones, muy bien remodeladas, con puertas blindadas. En las afueras suele haber tres o cuatro camionetas blindadas y unas ocho motos de alta cilindrada, sin placa, con sus respectivos hombres armados, de chaqueta negra, lentes oscuros, que pasan el día mirando sus celulares, mientras esperan la salida del chivo o el traslado de sus hijos a los exclusivos centros escolares privados. Y a su paso, paralizan el tránsito, trancan avenidas y paran hasta las autopistas, para que sus chivos tengan una menor sensación de la violencia y el caos de la ciudad.

 

Francisco Olivares

@folivares10

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