A dónde nos llevará esto
febrero 28, 2014 9:25 am

Estos 15 años nos han debido enseñar muchas cosas. Hoy trataré de establecer, en mi humilde opinión, cuáles son las diferencias, similitudes y posibles escenarios en los que terminará esta gran crisis política que estamos viviendo.

 

¿Cuáles son las diferencias? En primer lugar la crisis económica generada por políticas completamente equivocadas que se han implementado durante años han hecho caer la máscara populista del modelo socialista del siglo XXI. Sembraron controles desmesurados, expropiaciones, confiscaciones y han cosechado escasez, inflación a niveles inconcebibles, economía de puertos -ya insostenible-, dependencia absoluta de todo lo privado al gobierno, corrupción a niveles nunca antes vistos, con riquezas hechas de la noche a la mañana sin ningún esfuerzo productivo y desempleo. La alcancía está vacía y no pueden hacer nada frente a la inmensa demanda de bienes y servicios del pueblo venezolano. Aunque existen factores en el gobierno conscientes de ésto, las fuerzas internas de la «revolución» no les permiten dar el vuelco.

 

En segundo lugar, no existe dentro de la revolución un líder capaz de emocionar y de aglutinar a todos los factores que otrora conformaron el chavismo. Una gran parte estuvo unida en torno al carisma del fallecido presidente Chávez, quien está demostrado era quien de verdad los jefeaba a todos. Otra parte, civiles -incluyendo niñitos «bien» que se pegaron a la espiral de expoliación del país- y esferas de los altos jerarcas del mundo militar, se unió a la revolución por la oportunidad del negocio fácil y la corrupción. Jamás podrán explicar de dónde sacaron las fortunas que exhiben.

 

Aun cuando Maduro se ha esforzado durante todo este año en aglutinar a todos y tratar de liderar lo que otrora fue el compacto chavismo, lo cierto es que existen internamente diversos grupos de poder -con cabezas visibles unas y no tan visibles otras- a las que ha debido hacerles concesiones para repartir el poder que antes sólo detentaba Chávez. El poder del Estado hoy se encuentra picado en pedazos. El equilibrio y las acciones de gobierno se ven afectadas por cuanto cada decisión debe cuidar no afectar alguno de esos «pedazos» para sostenerse.

 

¿Qué hay igual o similar? Una oposición que lucha por mantenerse unida pero que realmente no lo está, lo que nota tanto el ciudadano común, como el gobierno. A los primeros, no estarlo los desencanta, volviendo muy agresivo a un grupo contra los otros, para tratar de obligar a todos a asumir una sola agenda, donde a veces impera más el hartazgo que la razón. Al segundo los ayuda a tratar de incrementar la división y buscar que en la desunión opositora ellos puedan fortalecerse de sus propias debilidades internas.

 

Entre tanto, el gobierno ha decidido seguir la agenda de la «normalización» unilateral del país sin entender la dimensión y profundidad de la crisis. Con una mano llama a un diálogo sin agenda y con la otra ordena la represión de la parte del pueblo que protesta, encarcela a estudiantes y dirigentes políticos y con sus acciones muestra una cara muy distinta.

 

¿Qué puede suceder? No soy adivino, pero pueden visualizarse tres escenarios: 1) Que ciertamente haya un golpe en marcha (como lo creen muchos opositores y lo declara el propio gobierno, con intenciones diametralmente opuestas). De triunfar no es posible predecir qué sucederá para nadie, ni siquiera para aquellos que lo estén ejecutando.

 

2) Que todo esto haya sido otra gran farsa para tratar de aglutinar al chavismo que ya no está cohesionado monolíticamente en torno a su líder fallecido. Los opositores que creyeron en esta salida caerán en una inmensa depresión; pero, del lado chavista, tampoco le arriendo la ganancia a que salgan verdaderamente fortalecidos de este desastre pues tanto las luchas internas, las concesiones y el reparto del poder, así como la inmensa crisis económica sin posibilidades reales de solución al corto o mediano plazos, seguirán mellando la estabilidad y el apoyo al gobierno actual.

 

3) Que el gobierno entre en razón y convoque a un verdadero viraje nacional, liberando a los presos políticos, atendiendo las demandas de los exiliados, abriendo compuertas para que la sociedad en general sienta un cambio profundo en todos los órdenes, con reconocimiento verdadero del otro y sin imposiciones.

 

Esto lo veo muy improbable, pues quienes han criticado que durante 40 años imperó el sectarismo en Venezuela, en la conducción del Estado durante los últimos 15 años han sido mil veces más sectarios, tratando de acabar con la pluralidad en todos los órdenes; sin embargo es un tercer escenario. ¿Habrá un cuarto escenario que no visualizo? Probablemente…

 

gblyde@gmail.com / @GerardoBlyde

Por Gerardo Blyde