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Muguruza colisiona con Kvitova

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Muguruza colisiona con Kvitova

La española cede ante la enrachada checa en la final del torneo de Doha (3-6, 6-3 y 6-4, en 2h 16m), pero cierra una semana positiva y asciende al tercer escalón del listado de la WTA

 

Garbiñe Muguruza devuelve una bola en la final de Doha contra Petra Kvitova. KARIM JAAFAR AFP

 

Venía Petra Kvitova como un tiro, acompañada de una secuencia de 12 victorias consecutivas y con la raqueta bien afilada, y tampoco pudo con ella Garbiñe Muguruza. La española cedió en la final del torneo de Doha por 3-6, 6-3 y 6-4 (en 2h 16m) y de esta forma se quedó sin levantar su primer título de este curso, el que hubiera sido el primero desde agosto y el sexto de su trayectoria profesional. Derrota, pero ahora bien, la semana en el emirato le dejó un regusto positivo, puesto que al fin pudo enlazar una cifra significativa de partidos sobre la pista y este lunes se verá de nuevo en el tercer peldaño del ranking, solo por detrás de Caroline Wozniacki y Simona Halep.

 

 

 

“Es una lástima, pero el objetivo aquí está conseguido”, manifestó Muguruza en la sala de conferencias. “El objetivo era jugar, ganar y hacer buenos partidos, porque lo que necesito ahora es sobre todo competir. Ella tiene muy buenos tiros, enseguida te plantea problemas; saca muy bien, con primeros y segundos, de modo que es muy difícil encontrar ritmo de juego… No importa qué ranking tenga Petra, porque esté donde esté, ella siempre va a ser una jugadora top”, agregó.

 

 

Muguruza perdió, pero no estuvo demasiado lejos de truncar la soberbia racha de Kvitova, fabulosa jugadora, la checa que hace no tanto se debatía entre dejar el tenis o continuar debido a un asalto a cuchillo en su domicilio. Después de una milagrosa recuperación, continuó y sigue demostrando que todavía atesora un magnífico tenis y es una adversaria temible. Si hace dos semanas triunfó en San Petersburgo, esta vez prolongó el buen momento en la superficie rápida de Doha, donde elevó el 22º trofeo de su carrera. Y lo hizo después de batir a Muguruza en un durísimo pulso, a cara de perro y peleado hasta el último suspiro por la española.

 

 

Comenzó de fábula para Garbiñe, en la línea de solidez de todos estos días y con una presencia seria, firme, contundente en un primer parcial aplastante (5-0)… hasta que Kvitova (27 años) comenzó a enderezarse. Después de ceder dos roturas y entregar esa primera manga, la checa se reactivó y corrigió el servicio, a la vez que desenfundó el registro de golpes que la han permitido, entre otras cosas, ganar dos títulos de Wimbledon y el laurel de las maestras. Se templó, adquirió ritmo y el partido dejó de ser un monólogo para traducirse en un careo a dos voces, las dos con buenos argumentos.

 

 

Los de Kvitova, expresados a través de su drive y su revés, ambos exquisitos; y los de Muguruza (24) a partir de una resistencia loable, porque no volvió la cara en ningún momento, incluso pese a sufrir unas molestias en la rodilla izquierda que le obligaron a ser atendida y a jugar con un aparatoso vendaje. “Había mucho viento y he hecho un movimiento raro; noté dolor, pero creo que estoy bien. Me he vendado por precación”, tranquilizó. “Nunca he tenido ningún problema importante en las rodillas, pero ya veremos cómo reacciona una vez que esté en frío”, añadió.

 

 

 

A pesar de que su rival fue entrando en ebullición, la española aguantó el tirón, pero un paso en falso decantó el segundo set (break en contra, 4-2) y en el tercero no consiguió validar tres opciones de rotura, con 2-1, que bien podrían haber cambiado el signo definitivo. Pero no fue así. La checa sí atinó (demarraje para 3-2) y estiró su serie triunfal para reintegrarse en el top-10. Mucho mérito el suyo, premio merecido e interpretación positiva para la semana de Muguruza, a la que quizá le faltó un punto de fuelle en la recta final del choque.

 

 

Aterrizó en Doha con el deseo de sumar minutos en pista y recobrar sensaciones después de un arranque de temporada complicado. Y así se fue, con tres actuaciones convincentes ante Ying-Ying Duan, Sorana Cirstea y Caroline Garcia (no disputó las semifinales por la renuncia de Simona Halep), y una oposición notable contra una tenista de pura raza como Kvitova. Buena imagen, energía positiva y la constatación de que la presencia Conchita Martínez en su banquillo la estimula y la potencia. En definitiva, una semana prolífica antes de abordar Dubái con el claro objetivo de seguir ganando altura.

 

 

 

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