De refugiados y familias que no tenían techo propio pasaron a tener el negocio de la vida. Consiguieron el beneficio de una vivienda o apartamento casi que gratiñán y luego de un tiempo lo venden para lograr un dinero que no tenían disponible.
Muchos llamaron al 0800-Vivienda. Otros recibieron residencias por casos de salud y discapacidades. Algunos hurgaron por todos lados o consiguieron “un contacto” que les asignó el cupo habitacional. Pero ahora los beneficiados con estos planes sociales, le sacan una buena tajada a lo que obtuvieron con poco esfuerzo pues venden los apartamentos que tienen a costilla del estado y sacan provecho de la situación.
En muchos estados de Venezuela, incluido Lara, se han registrado personas que se llenan de billete con estas adjudicaciones de la Gran Misión Vivienda o de sustituciones de rancho por casa y hasta casas trabajadas en terrenos adjudicados por gobiernos regionales y municipales.
En la vía a El Ujano, al noreste de Barquisimeto, está el complejo habitacional Rancho 5A de la Gran Misión Vivienda que fue fundado a mediados del año 2010 y que adjudicó 128 apartamentos a beneficiarios sociales entre los que estaban 20 familias damnificadas de Caracas. De este grupo ahora quedan menos de 5 familias. El resto recogió sus “chécheres” y se fue no sin antes negociar el apartamento que les dieron.
“Todos hacen eso. Los primeros que vendieron lo hicieron casi como un regalo, ahora los apartamentos no bajan de 2 millones bolívares. El gobierno no nos ha dicho cuándo vamos a pagar, pero sólo se sabe que son cinco años muertos”, cuenta una de las pocas personas refugiadas-beneficiadas que optó por guapear buscando empleo en Lara y quedarse en su apartamento.
El hombre argumentaba que “los caraqueños” se iban porque no conseguían trabajo y que podían tener una plata rápida con la venta de la vivienda.
En Rancho 5-A los apartamentos son de 80 metros cuadrados, tres habitaciones, un baño y eran vendidos, hace dos años, en 80 mil bolívares.“Era un regalo”, comenta un habitante, pero explica que ahora se han puesto a precio de mercado normal y cuestan más por la ubicación estratégica que tienen.
