Estadísticamente está comprobado que la postura del misionero es una de las favoritas de las mujeres, pues el clítoris tiene mayor roce con la zona íntima de la pareja elevando el grado de excitación.

Así que no temas decir que es tu favorita cuando te lo pregunten, si no todo lo contrario; diles que ya eres toda una experta en esta posición con sus 3 diferentes variaciones que a continuación te dejamos…

¡Empújalo! Recuéstate sobre tu espalda y levanta las rodillas hasta la altura de su pecho. Dile a él que se mantenga de rodillas enfrente de ti. Mantén tus piernas lo más pegadas posible. Esta postura frenará a tu pareja obligándolo a llevar un ritmo más lento, lo cual te hará disfrutar mucho más.
Abraza sus muslos. De esta manera vas a alinearte de manera coital con tu pareja. Este movimiento ayudará a que tu clítoris sienta más presión, calor y roce, pues de acuerdo a estudios realizados, el 56% de las mujeres alcanzan un orgasmo de primer nivel con esta posición.

 
Piernas arriba. Presume de una gran elasticidad y eleva tus piernas delante de sus hombros, pero no las dobles; abrázalo del cuello y jala un poco hacia ti. De esta manera ambos disfrutarán mucho más, pues la penetración será mucho más profunda.

Fuente: Veintitantos