Cuentan muchos adeptos que jurarían que es de puro sentido común, pero se equivocan. De hecho lo que importa para ganar o perder peso es el balance del número total de calorías ingeridas y gastadas, eso quiere decir que si ingerís menos de las que consumís durante las actividades diarias, se perderá peso y si es al contrario, se ganará.

Significa, en términos de cifras, que si coméis menos de lo que el cuerpo consume, aunque sea solo grasa, perderéis peso y si coméis más del gasto corporal, aun en forma de alimentos limpios, engordaréis. Salvando los matices, esta es una verdad irrefutable.

Sin embargo, eso no quiere decir que se pueda o se deba hacer, pero entended quees perfectamente posible no tocar alimentos grasos y engordar porque si al fin y al cabo coméis mas calorías que quemáis engordaréis, puesto que la grasa es el único tejido de reserva calórica del cuerpo humano.

Pensar que los alimentos que no contienen ácidos grasos no engordan en un grave error, y esto es especialmente cierto para los ricos en carbohidratos, como pan, patatas, frutas, pastas y en especial repostería.

Muchos creen que pueden eliminar las grasas y atiborrarse de todo lo demás y en este todo entran especialmente fuentes de glúcidos que pasarán veloces a engrosar el maldito michelín. Recordad que los azúcares simples se convierten en grasa con suma facilidad.

Fuente: Cosmohispano