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El Barça gana al Real Madrid (2-3) y pone emoción al final de Liga

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El Barça gana al Real Madrid (2-3) y pone emoción al final de Liga

 

El argentino asalta el Bernabéu y el liderato en el último minuto en un clásico sublime (2-3)

 

 

 

Messi besa la camiseta azulgrana tras el tercer gol / Reuters

 

Messi solo hay uno y es eterno. El astro argentino dio el triunfo al FC Barcelona en el último minuto al FC Barcelona en un clásico espectacular ante el Real Madrid (2-3). El partido, en el que solamente los porteros evitaron un marcador de escándalo, pudo ser para cualquiera y estuvo marcado por la expulsión de Sergio Ramos a falta de cuarto de hora. El capitán, que se marchó con reproches hacia Piqué, no llegó a tocar a Messi en la entrada que le costó la roja.

 
El Real Madrid salió con más ambición al terreno de juego y durante los diez primeros minutos tuvo al Barça contra las cuerdas. Los blancos salían muy adelantados e insistían en Carvajal para hacer sufrir a los de Luis Enrique por la izquierda.

 

 

A los dos minutos llegó la primera jugada polémica del partido. Cristiano, golpeado por Umtiti, caía dentro del área, pero el colegiado Hernández Hernández invitaba al portugués a levantarse.

 

 

 

Los de Zidane insistían y Cristiano obligaba a Ter Stegen a lucirse a los cinco minutos. Sin embargo, cuando el líder tenía su mejor versión sobre el campo, empezó a recular metros. El Barça le iba perdiendo timidez al partido y comenzaba a tocar cada vez con mayor comodidad. Los azulgrana hacían daño por el centro y Luis Suárez enviaba el primer aviso con un disparo ajustado que salió rozando el palo. Messi bajaba a recibir a los dominios de Casemiro y hacía sufrir al brasileño, que se hipotecó a los doce minutos con un tarjeta demasiado temprana.

 

 

Tras diez minutos para cada uno, llegó el intercambio de golpes. Benzema, Luis Suárez y Cristiano sobresalían en un toma y daca precioso para el espectador que se vio frenado en seco por la jugada más discutida del partido. Ronaldo acababa una contra con un derechazo que repelía Ter Stegen mientras, al otro lado del campo, las cámaras enfocaban a Messi. El argentino estaba sangrando en el suelo, como aturdido. En una disputa con Marcelo, el brasileño le había dejado el codo arriba en una acción que pudo costarle la roja.

 

 

El parón enfrió el encuentro unos instantes, pero en un clásico, estos momentos son los más traicioneros. De hecho, de la nada apareció el primer gol. Un balón colgado de Marcelo lo remataba Ramos al palo y en el rebote, muy atento, Casemiro remataba a placer para hacer el primero. El plan del Madrid era empezar de nuevo y esperar al Barça para matar el partido a la contra. Pero el Barça es el Barça yMessi es siempre Messi. Apenas cinco minutos después del tanto local, el argentino cazaba un balón en la frontal, rompía a tres defensores blancos con dos toques en carrera y cruzaba el balón ante Navas. Golazo y vuelta a la anarquía.

 

 

Mal día para jugar en el centro del campo

 

 

 

Era un mal días para jugar en el centro del campo. El balón iba de área a área. El ritmo era espectacular, casi tanto como el desorden. A los golpes, el que peor parado salía era el Real Madrid. La figura de Messi, enrabiatedo con la gasa entre los labios, comenzaba a agrandarse en el Bernabéu. El ’10’ rozó el segundo con un zurdazo colocado que se marchó rozando el poste y a punto estuvo de provocar la segunda tarjeta amarilla a Casemiro, que pudo despedirse perfectamente del ‘clásico’ con un pisotón. El colegiado le dio otra ‘vida’, como en la Champions, y pitaba el final del primer acto.

 

 

 

A la vuelta de vestuarios, el Madrid volvió a salir en tromba. Primero era Piqué quien, de forma providencial, abortaba en el último momento una contra letal. A continuación, Ter Stegen volvía a lucirse con una gran estirada a un disparo ajustado de Kross. El portero alemán completó su exhibición a la siguiente jugada. Buena internada de Marcelo y el cabezazo de primeras de Benzema lo sacaba con un pie imposible.

 

 

 

El ‘show’ de los porteros

 
Pero en el área contraria también había portero. Discutido durante toda la temporada, Keylor Navas se convirtió en providencial con dos paradas de las que hacía tiempo que no dejaba ver. La primera, en un mano a mano que le sacó a Paco Alcácer con el pie derecho. La segunda, con un vuelo prodigioso ante un cabezazo de Gerard Piqué. La grada se volcaba con el ‘tico’, que por fin volvía a ser decisivo delante de su público.

 

 

 

El partido era una locura. Ronaldo fallaba solo ante Ter Stegen, Keylor volvía a salvar el partido sacándole una volea a bocajarro a Luis Suárez y Ter Stegen blocaba por abajo el tiro de Asensio. El empate a uno era completamente inexplicable. Un milagro que no hubiera más goles y efectivamente, la bomba de relojería en la que se había convertido el partido, no resistió más. En el minuto 72, Rakitic recortaba en la frontal y enviaba un zurdazo imparable al palo largo de Navas.

 

 

 

El Madrid estaba desperdiciando la ocasión del año para rematar la Liga y la situación se le ponía casi imposible a falta de trece minutos. Messi se lanzaba un autopase en su campo y Ramos entraba con los dos pies por delante. No llegó a tocar, pero la forma de entrar fue fea y el árbitro interpretó que el sevillano debía irse directamente al vestuario. Roja y a buscar un milagro con diez.

 

 

 

Messi, el eterno

 

 

 

Piqué tuvo la oportunidad de matar el partido, pero Keylor volvió a agigantarse para mantener con vida a su equipo. Y el Madrid no se rinde nunca.  A falta de Ramos apareció James para rematar de primeras un centro de Marcelo. Tablas de nuevo a falta de cinco minutos y arrebato merengue hasta el final. Daba igual si lo práctico era aguantar un empate que era bueno. El Madrid es así. Se fue a por el partido y ese corazón que tantas alegrías le ha dado, esta vez le falló. Presionó con cuatro jugadores la salida del balón y concedió una contra mortal en el último suspiro. Messi les obligó a probar su propia medicina. Dio donde más le duele al eterno rival. Ganó el partido al estilo del Madrid. El argentino apagó las luces de Chamartín y arrebata el liderato a los blancos, que no tienen más margen de error que un empate en los seis encuentros que le faltan.

 

 

huffingtonpost.es

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