Espectacular rectificación de los tories a tres semanas de las elecciones británicas. Solo cuatro días después de presentar un programa electoral que indignó a los jubilados, Theresa May se ha visto obligado a corregirlo este lunes, aunque con el cinismo político de afirmar que «nada ha cambiado».

El anuncio de endurecer las condiciones de pago de los ancianos por la asistencia a domicilio le había provocado una caída de unos seis puntos en las encuestas. El maltrecho Corbyn sigue por detrás, pero su frase de «ahora los tories van a por las casas de la gente mayor» funcionó y ha abierto la primera vía de agua en el acorazado de May, que hasta ahora parecía inabordable.

May presentó el jueves en su programa electoral una reforma para hacer sostenible la asistencia social a domicilio. La novedad es que exigía a los dependientes pagar por los cuidados recibidos en sus casas, respondiendo incluso con sus viviendas una vez fallecidos para pagar la factura. La iniciativa fue apodada de inmediato como «el impuesto sobre la demencia», incluso por los medios afines al Partido Conservador, porque crea la paradoja de que un pensionista enfermo de alzhéimer debe pagar la atención que recibe, incluso con su vivienda si es preciso, pero uno con cáncer recibe gratis todos los cuidados.

Las familias se enojaron por el temor de los hijos a no poder heredar la vivienda familiar. Los sondeos del domingo recogieron que la ventaja de May sobre Corbyn se había reducido casi a la mitad (de 15 puntos había pasado a 9).

Límite en la factura de los dependientes

 
Finalmente la primera ministra ha acometido una chirriante rectificación, a pesar de que todavía el domingo su ministro de Trabajo afirmaba que no se tocaría nada. La novedad es que May ha anunciado este lunes que se establecerá un límite en el montante total de la factura de un dependiente atendido en su casa. Hasta ahora los conservadores se habían negado a establecer ese tope, por motivos presupuestarios.

May se justificó diciendo que el espíritu de su reforma se mantiene intacto y que trata de hacer viable el sistema de atención a la dependencia, que «si no se toman medidas se volverá insostenible». Recordó que en diez años habrá dos millones más de mayores de 75 años en el Reino Unido. Muy irritada ante las preguntas de la prensa sobre el «impuesto de la demencia», acusó a Corbyn de hacer «acusaciones falsas» y «vergonzosas».

A pesar de su imagen de estadista fiable, lo cierto es que May vive en la rectificación permanente. Hizo campaña por la permanencia en la UE y se pasó al Brexit duro. Prometió que las elecciones serían en 2020 y las ha adelantado. Rectificó la subida de las cotizaciones de su presupuesto solo siete días después de aprobarlas y ahora modifica su programa electoral apresuradamente por un susto en las encuestas.

ABC

Por Confirmado: Gabriella Garcés