Marta Botía ahora baila (y canta) sola
mayo 1, 2016 10:59 am

Frente al volante, con la pista de Siento bonito inundando todo el auto, Marta Botía (Madrid, 1974) se preguntó “¿Quién dice que no puedo cantar así de esta manera?”. La frase sirvió de impulso. Y allí, circulando por las calles de Nueva York, decidió que así comenzaría el estribillo con el que firmaría su participación en el remix del tema Siento bonito de Juan Miguel y Sixto Rein.

 

 

El puente entre la cantante española y los intérpretes venezolanos lo construyó la agencia que los representa a ambos en la madre patria. Sin pasaporte ni visa, la música viajó de un país a otro, y luego a otro y a otro, para cumplir con el recorrido que la llevará hasta su destino final: el público.

 

 

“Cuando me lo propusieron,  me pareció la cosa más bonita y divertida porque a mí me encanta el reguetón”, dice sin recelo la compositora, más conocida como la mitad del dúo de los 90 Ella baila sola. “Me ha gustado siempre ese estilo de música, así hip hopera, latina. Algo que te haga mover el pie, siempre capta mi atención. Lo que pasa es que, claro, no me he atrevido hacerlo yo por mi cuenta (risas). Cuando me han ofrecido esto, he dicho: ‘¡Oh, esta es mi oportunidad!’”.

 

 

Para ella, la canción está bien hecha. Destaca el valor de las armonías, de las voces, de la melodía. “Es un exitazo. No deja un trasero quieto”, comenta vía telefónica desde Bogotá, Colombia, en donde estuvo atrapada unas horas debido a que perdió su pasaporte. Fue por eso que su visita a Venezuela, prevista para este mes, no pudo realizarse y se pospuso para mayo.

 

 

Sólo tiene loas para Juan Miguel y Sixto Rein, con quienes grabará en el país –que no visita desde 1999– el videoclip de Siento bonito: “Ellos son gente tan maravillosa, tan profesional, tan cariñosa. Ha sido una gozada de equipo”. Sin embargo, la verdad es que Marta Botía ahora canta sola.

 

 

Martamente (2015) se llama su segundo disco como solista, 13 años después de Cumplir lo prometido (2002), su primer intento sin su compañera de fórmula Marilia Andrés, que después fue sustituida por Rocío Pavón (desde 2009 hasta 2013) y ésta le pasó el testigo a María del Mar García, que llegó a Ella baila sola para su etapa actual en la que sólo hace giras.

 

 

–Tiene un nuevo disco, pero poco se ha escuchado de él en esta parte del mundo.

 

 

–Pues es que ahora cuesta mucho más, según como está el panorama, y también viniendo de la banda que vengo. Por eso esta colaboración es una oportundiad maravillosa de entrar a un país de la mano de estos talentos que son una marca  conocida de éxito. A la vez que he recibido críticas fabulosas de Martamente, es verdad que lo conoce muy poca gente. Es muy difícil ahora, con tanta oferta, y tanta Internet. Sin una compañía potente detrás, es como imposible que te escuchen, que la gente sepa que estás.

 

 

–Curiosamente, con este nuevo disco se acerca más a Ella baila sola que con lo hecho en el primero.

 

 

–Mi primer disco en solitario   me deja melancólica. No es un disco triste, pero tiene un trasfondo conocido. Era un momento muy complicado para mí: acabábamos de dejar la banda. Quiera o no, se acabó notando. Este nuevo disco, en cambio, está lleno de buenas vibras, con humor, aunque las canciones no hablen siempre de finales felices. Está genial.

 

 

–Tenía muchas ganas de hacer un disco nuevo. He elegido las canciones que más representaba en este momento; tengo letras muy trabajadas. Y sí, recuerda más a Ella baila sola porque he vuelto a mis raíces, a las canciones que sí me gusta hacer.

 

 

–De Ella baila sola a EBS (como se llamó el proyecto con Rocío Pavón), y de allí a este momento de su carrera y su vida, ¿cómo ha sido el viaje?

 

 

–Ha sido una montaña rusa. Con las tres compañeras con las que he estado en Ella baila sola, ha sido maravilloso. En cada momento ha estado la persona que tenía que estar. En el primer caso, las dos, Marilia y yo, decidimos dejar el grupo un tiempo, pero cuando quise retomarlo ella no quiso. Entonces aparece Rocío, que era perfecta para EBS, aunque luego eso no salió bien por una historia de mánagers, nada que ver con nosotras. Se acabó porque se tenía que acabar y yo tenía que empezar mi carrera en solitario. Eso era lo que necesitaba para ponerme las pilas y decir, ¡venga!, tienes que hacer otro disco a tu manera.

 

 

–Está la tercera compañera, María del Mar García, con la que llevo casi cinco años girando. Se ha convertido también en una de mis mejores amigas. Ella disfruta de los temas, compone, es talentosa, es una artista de hace muchos años en España, es divertida, bellísima. Estamos pensando hacer un nuevo disco de Ella baila sola. Me da un poco de rabia como artista no presentar canciones nuevas a la gente. El hecho es que todas las facetas del grupo me han gustado. Por eso trato de mantenerlo vivo, despierto, girando. Es como mi bebé.

 

 

–¿Cómo influye Nueva York en su arte?

 

 

–Llevo en Nueva York casi 11 años. Me fui con las maletas y mi perro, porque era mi ciudad favorita del mundo y quería vivir allí. Me casé, luego me separé, y ahora tengo hijos neoyorquinos. Para mí Nueva York es mi casa, mi vida está hecha ahí. Por eso abandoné un poco la música, no del todo, sólo por unos años para tener hijos y criarlos. En esa ciudad hay esta pasión y respeto por el arte que me emociona. La música e influencias que recibo allá son completamente diferentes a las que escuchaba en España.

 

 

–Aunque me guste el hip hop y escuche a Chris Brown, Jay Z o Eminem, también sigo a artistas tan profundos y melódicos como Sia. Me gusta mucho la música que se está haciendo en Estados Unidos y en Latinoaméica. Adele, que es de Inglaterra, no me gusta mucho. Tiene una voz fabulosa, ¡pero sus canciones me dejan triste! A la española, con perdón, le he perdido la pista.

 

 

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