Lula es inculpado por corrupción en segundo día de juicio contra Dilma
agosto 26, 2016 5:11 pm

La Policía Federal de Brasil inculpó este viernes al ex presidente de Brasil, Lula da Silva, de beneficiarse de los sobornos de algunas de las empresas de la trama corrupta de Petrobras.

 

 

Lula, de 70 años y presidente entre 2003 y 2010, está sometido a tres investigaciones en la llamada Operación Lava Jato (lavado de autos), en el que gigantescas empresas privadas sobornaron a ejecutivos de la petrolera y a políticos a cambio de suculentos contratos.

 

 

La Policía Federal recomendó acusar a Lula en esta oportunidad por la presunta adquisición de un apartamento y una chacra de forma irregular con la colaboración de la empresa OAS, involucrada en esa trama de corrupción.

 

 

La acusación no podría ocurrir en peor momento: el Senado brasileño se encuentra sumido en el segundo día de debates para decidir si despoja del cargo a Rousseff, acusada de maquillar las cuentas públicas.

 

 

Pero el masivo escándalo de corrupción en Brasil parece ser el principal punto en el menú del dramático juicio. «¿Qué moral tiene el Senado para someter a juicio a Dilma?», lanzó la senadora Gleisi Hoffmann, del Partido de los Trabajadores (PT), al inicio de las sesiones el jueves.

 

 

La pregunta disparó gritos y agravios, repetidos llamados al orden y suspensión de los debates, en el segundo día de las sesiones este viernes, en las que la defensa presenta sus argumentos en favor de la mandataria, de 68 años, primera mujer en asumir la presidencia de Brasil.

 

 

Si Rousseff es destituida, se pondrá fin a más de 13 años de gobiernos del PT, golpeado por las revelaciones de masivos escándalos de corrupción, incluido el mega fraude a la estatal petrolera Petrobras.

 

 

Los sondeos y analistas coinciden en que la tendencia es prácticamente irreversible en favor de la destitución de la mandataria, suspendida en mayo. Rousseff, elegida en 2010, está acusada de manipular datos para ocultar la verdadera situación de las cuentas públicas de su gobierno, y emitir por decreto líneas de crédito sin el aval del Congreso.

 

 

De los 81 senadores que deciden el futuro político de la ex guerrillera, más de la mitad tiene causas pendientes o es investigado por corrupción, incluida Hoffmann.

 

 

La mandataria insiste en que es «inocente» y denuncia ser víctima de un «golpe de Estado» orquestado por Michel Temer, su ex vicepresidente y ahora su enemigo visceral. Será precisamente Temer quien completará el mandato de Dilma hasta 2018, si la presidenta es finalmente destituida.

 

 

Para ello, se requiere una mayoría especial de 54 votos (dos tercios). Rousseff tomará la posta de la defensa el lunes, acompañada de Lula. Después vendrán las deliberaciones, que darán paso a la votación final.

 

 

En caso de ser sentenciada, Rousseff quedará inhabilitada para ocupar cargos públicos por ocho años. Aislada desde su suspensión en el Palacio de Alvorada, la residencia presidencial, Dilma ha pedido «mantener viva la esperanza».

 

 

AFP