Un educador dijo en medio de una protesta que para que cada venezolano llegue a ser ciudadano, primero debe pasar por la escuela. Y eso es algo que es difícil de entender para aquellos que no han tenido ese privilegio. O lo que es peor, lo tuvieron gracias a los años de democracia que reinaron en el país antes de que ellos llegaran al poder, pero no supieron aprovecharlo. Maleducados.

Son años desperdiciados de esfuerzos en construcción de escuelas, en formación de docentes para que ahora los que dirigen el régimen no se den cuenta de que un maestro es lo más valioso que tiene un país. Se debe invertir en ellos, en su formación, pero también en darles calidad de vida, porque ellos son los moldeadores de los futuros ciudadanos.

Quizás por eso a Venezuela la recorre una sombra de desesperanza, porque son 20 años de descuido de las escuelas, de los alumnos y de lo más vital para que exista el sistema educativo: los maestros.

Por eso hasta los representantes se dieron cuenta de que tienen que apoyar a los docentes. Por eso 85% de los planteles se sumaron al paro convocado por el gremio para reclamar mejores condiciones laborales.

Es algo más complejo que el salario, pero por allí debe comenzar. Entre las declaraciones recogidas por la prensa está la de una maestra que reta al jefe del régimen a vivir con un sueldo de 150.000 bolívares, que es el sueldo mínimo recientemente aumentado. Es imposible.

Pero a pesar de ello a los maestros y docentes de todos los niveles se les pide que estén sin falta en su lugar de trabajo, aunque no tengan ni siquiera para el pasaje. Tampoco tienen la mayoría de las veces implementos para trabajar apropiadamente y sin embargo, con toda la vocación del mundo, asisten a las escuelas para enseñar.

Lo que reclama este gremio es lo que pueden reclamar todos los trabajadores venezolanos. Todos son importantes para que la sociedad funcione en justicia y equilibrio.

La educación es la base fundamental del desarrollo y es en eso en lo que invierten los gobiernos del primer mundo. Ese es el ejemplo que debería seguir Venezuela si en realidad quiere salir del atolladero en el que se encuentra.

No se ve a corto, mediano ni largo plazo que el régimen tenga intenciones de cambiar sus prioridades. Prefiere comprar lealtades, repartir limosna antes de beneficiar a los educadores, que a fin de cuentas tienen en sus manos el futuro.

Habrá que cambiar, entonces, de rumbo, si es que queremos que nuestros niños y jóvenes tengan opciones de un mejor porvenir.

Editorial de El Nacional