Aunque desde hace ya un tiempo los ojos del fallecido presidente Hugo Chávez miran a todas las personas que pasan por El Silencio; anoche, el color rojo y blanco con que había sido pintada la mirada del ex mandatario sobre las emblemáticas escalinatas de la ciudad, El Calvario, fueron sustituidas por mosaicos entre negro y blanco.

La obra causó sorpresa en los caraqueños que transitan a diario el lugar, quienes entre opiniones encontradas dieron su punto de vista.

«Este es un espacio para todos, debería estar libre de propagandas políticas», comentó Gladys Nogal.

Ronald Villegas dijo que «desde hace 30 años con gobiernos anteriores y con el actual, siempre he hecho uso del sitio para hacer ejercicios y relajarme; lo menos que quiero es estar bombardeado de política e ideologías».

«El espacio es para los rojos, azules y amarillos, no solo para los partidarios del Gobierno. Es un irrespeto para los ciudadanos que piensan distinto, estar obligados a ver la imagen», expresó María Aveldaño.

Mercedes García, por su parte, valoró como positiva «la obra de arte que permite no olvidar a Chávez, pero si pienso que ese tiempo y dinero se tuvo que invertir en comida o salud».

La obra fue realizada en menos de una semana por orden de la Alcaldía Libertador a la empresa italiana Trend Group.

Desde el 2010, cuando se rebautizó el parque bajo el nombre de Ezequiel Zamora, el cual fue declarado en 1993 como patrimonio artístico, ambiental, arquitectónico e histórico, muchas han sido las intervenciones sin importar que se comprometa su valor.

Fuente: UN