Las fantasías de los hombres casados
mayo 30, 2016 3:06 pm

Quiero dejar claro que adoro a mi chica y nunca la engañaría”, dice Carlos Sánchez, abogado de 39 años, padre de un niño y feliz con su pareja. “Es normal tener fantasías inocentes con las mujeres que te rodean, en nuestra imaginación nos acostaríamos con todas”. ¿En serio? Pues hay mucho más: “Casi nunca nos masturbamos pensando en nuestra pareja, porque a ella ya la tenemos”, afirma Sánchez. “A lo mejor no he madurado lo suficiente [risas] o es algo que tiene que ver con la necesidad ancestral del hombre de cubrir a cuantas más hembras mejor [más risas]”, añade. Todos lo hacen y no son unos pervertidos!

 

 

Según un estudio de 2014 publicado en The Journal of Sexual Medicine, el 83% de los hombres que tienen una relación se imagina con otras mujeres. Pero nunca les preguntes por ello. “Primero, porque lo vamos a negar y, segundo, porque no quiere decir que estemos insatisfechos ni infelices”, recalca Carlos. Como nos aclara Jesús Rodríguez, psicólogo especialista en Sexología deDoctoralia “la materia onírica de la que se crea la fantasía sexual está compuesta de personajes reales o inventados, de mujeres conocidas o desconocidas. Se trata de imágenes idealizadas y ficticias”, subraya Rodríguez. “También hay algo de ego y necesidad de subirnos la autoestima, porque en nuestras ensoñaciones somos irresistibles y las chicas más impresionantes nos suplican sexo”, explica Sánchez.

 

 

¿Le darías un bofetón por todos esos cuernos imaginarios? Tranquila, en realidad ni siquiera quiere engañarte. Como explica Rodríguez, “estamos programados para imaginar y no necesitamos ejecutar las fantasías para aumentar nuestro placer”. Pero si te mueres de curiosidad por saber cuáles son las escenas sexuales ficticias más recurrentes de los hombres, aquí tienes las confesiones de cuatro de ellos y su propio relato de lo que suele ocurrir en la vida real…

 

 

Pechos grandes

 

 

La fantasía. Como nos cuenta Miguel B., de adolescente a él y a sus amigos les obsesionaban las mujeres con senos voluminosos, “como Sabrina, La Bombi, Pamela Anderson, Sofía Loren o ¡Loles León! Algo que alcanzó elsummun cuando nos tocó una profesora joven y muy cariñosa… con unos pechos enormes. Me marcó tanto que de mayor seguía fantaseando con aquella maestra sexy y curvilínea”.

 

 

La realidad. “Todo aquello me duró hasta que la busqué en Facebook… En apariencia, seguía siendo igual de simpática y cariñosa, pero era madre de tres hijos, tenía un sonriente marido calvo y había engordado unos 20 kilos. Adiós al mito erótico de mi infancia”.

 

 

La colega del trabajo

 

 

La fantasía. La barriga cervecera, el anillo de casados, las incipientes entradas… hace que muchos hombres se queden “fuera del mercado”. Sin embargo, el 82 % de ellos fantasea con el sexo en la oficina, según The Journal of Sexual Medicine. En su imaginación, esa compañera divertida y seductora les encuentra superatractivos. Una ensoñación que comparte Roberto T., de 45 años, quien confiesa que muchas veces se deja llevar por la imaginación para ver en los mails de una compañera de trabajo algo más que buen rollo entre colegas. “Me veo teniendo sexo salvaje con ella… sobre la mesa de mi despacho cuando todo el mundo se ha ido”.

 

 

La realidad. “¡Si ya no ligo ni con las señoras mayores!”, dice Roberto. “La realidad es que me preocupa mucho más mi carrera laboral que tener un lío en el trabajo, sobre todo porque hacer el tonto con esta compañera, dada la diferencia de edad, podría hacerle pensar que la estoy acosando. Así que jamás haría nada para molestarla o para que creyera que no quiero a mi mujer”.

 

 

La camarera salida

 

 

La fantasía. Sergio R., de 42 años,  relata una increíble teoría matemática desarrollada por el cerebro masculino: “Cuando una camarera te sonríe al ponerte una copa (variable “X”)= flirteo=inmediatamente me veo teniendo sexo salvaje con “X” sobre la barra del bar. No puedo evitar el pensamiento de que la chica que me pone el café por las mañanas es tan amable porque lo que quiere es acostarse conmigo”.

 

 

La realidad.  “La verdad es que esta chica es igual de encantadora conmigo que con las señoras mayores que desayunan ahí todos los días, y no creo que tenga interés sexual en ellas. Y si alguna vez la he visto coquetear, ha sido con algún chaval de su edad, es decir, de 20 años».

 

 

La desconocida del tren.

 

 

La fantasía. Según The Journal of Sexual Medicine, el 73% de los hombres fantasea con tener sexo con una desconocida, y esto incluye a las que se sientan al lado en el metro. “Casi siempre coincido en el tren de Cercanías con una mujer de unos 40 años bastante seria, vestida muy formal y siempre con un libro. Me hace gracia imaginarme que está leyendo una novela subida de tono, que empieza a mirarme de forma sexy y que me propone bajarnos en la siguiente parada para irnos a un hotel”, cuenta Agustín S., un empresario de 38 años.

 

 

La realidad. El libro que suele llevar esa viajera es un manual de economía y normalmente habla con sus hijos. Alguna vez hemos cruzado alguna palabra, perojamás me atrevería a más. ¡No quiero que me tome por el típico acosador del tren!”.

 

 

La canguro sexy

 

 

La fantasía. “Algunos fines de semana llamamos a una canguro para que cuide de nuestros hijos y poder salir a cenar tranquilamente. No me parece especialmente guapa, pero a veces no puedo evitar imaginar que ella me ve como ese hombre maduro, atractivo y deseable sexualmente”, confiesa Carlos A., un ingeniero aeronáutico de 45 años.

 

 

La realidad. “Esas cosas solo le pasan a Jude Law o David Beckham, que encima son tan listos que contratan niñeras que están buenas. Para empezar, mi mujer nunca tendría una cuidadora demasiado sexy ni a mí se me ocurriría flirtear con una chica que casi podría ser mi hija. Seguro que le resultaría ridículo y, encima, podría denunciarme por ello”.

 

 

 

 

Cosmo hispano