Cada vez más compañías buscan modelos de relación adecuados al trabajo independiente para asegurar el compromiso y la productividad.

Los nuevos modelos de empleo que incluyen el trabajo por proyectos, la actividad independiente y muchas modalidades de freelance implican una nueva relación entre empleadores y empleados. Ser capaz de motivar a esos profesionales independientes y comprometerlos con la organización resulta determinante para las compañías en ese nuevo escenario laboral. La lealtad, además, es un argumento crucial para aquellos que ya trabajan para varios jefes y empresas, en proyectos diversos.

Un centenar de personas participó hace poco en un anuncio de Stink, la multinacional de publicidad. De todos ellos, sólo dos empleados trabajaban a jornada completa en la compañía. «Tenemos un grupo de gente que va desde directores de cine a diseñadores con los que podemos contar», explica su consejero delegado, James Morris. Para mantener el nivel de motivación entre los empleados de Stink, «intentamos crear un entorno de trabajo que sea atractivo», añade el ejecutivo.

Aunque las empresas que trabajan en la industria creativa han preferido casi siempre desarrollar su actividad con profesionales independientes, la cuestión es cómo consiguen las compañías que son nuevas en este tipo de contrataciones mantener una buena relación.

Un trato profesional adecuado hará de los ‘freelance’ uno de los mejores embajadores de la compañía

Ian Gooden, consejero delegado de la consultora de recursos humanos Chiumento, que utiliza consultores y expertos para sus proyectos, explica que lo primero que se ha de conseguir es asegurarse de ofrecer un puesto de trabajo que resulte interesante, ya que si sólo se recurre a personal freelance para que desempeñe tareas que tus empleados no quieren hacer, resulta evidente que esos profesionales a los que recurres ocasionalmente nunca van a ser leales ni estarán motivados. Es necesario implicarlos, crear un sentido de comunidad y gestionar las relaciones de la misma forma que se hace con los empleados que trabajan a jornada completa».

Los motivos para mantener la fidelidad de los trabajadores temporales van más allá de la calidad de su trabajo.

La idea es que no sólo puedan estar al corriente de cierta información confidencial y que ocupen puestos de confianza, sino que tiendan a mantener un vínculo más sólido dentro de la organización. Si reciben el trato adecuado, se convertirán en los mejores embajadores de la empresa que les contrata.

Imagen y retribución

Scott Perry, redactor publicitario, asegura que «los clientes aprecian lealtad cuando confían lo suficiente en el empleado autónomo como para asumir el riesgo de encargarle el trabajo más creativo». En su opinión, «esa confianza nos lleva a asegurarnos de que tengan una buena imagen en su propia organización y también de obtener el resultado que buscamos. Una retribución adecuada y a tiempo también ayuda. Básicamente esto habla de tener respeto por su trabajo. Los trabajadores a tiempo parcial, por proyectos y freelance siempre piensan en su próximo encargo, que podría no llegar de su actual cliente».

A todo esto se añade que las organizaciones siempre pueden colaborar fomentando la relación entre los trabajadores que realizan una actividad circunstancial. Esta ayuda podría incluir recomendaciones a los contactos. Algunas compañías como Stink, consciente de que los profesionales freelance necesitan planearse con antelación sus próximos encargos, les permite utilizar sus instalaciones para que conozcan a otros clientes y tengan la oportunidad de hablar sobre sus próximos proyectos.

Scott Perry cree asimismo que la familiaridad también fomenta la lealtad, y asegura que trabajar para los mismos clientes de forma continua y ver los resultados proporciona una mayor satisfacción.

Las empresas que más críticas han recibido en relación a los empleados autónomos suelen ser las que intentan que la relación solo les funcione a ellos. Gooden, de Chiumento, explica que, «aunque algunos tipos de trabajos son más transaccionales que otros, las reglas siempre suelen ser las mismas: las relaciones nunca deberían ser unilaterales ni deberían tener un componente de explotación».

RHYMER RIGBY

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