Las cuentas de Vega Sicilia: 24,6 millones de beneficio, bronca a los políticos y vagos de gimnasio
agosto 4, 2019 10:32 pm



La bodega, que gana el 40% más, entrega al registro un atípico informe donde llama torpes a los gobiernos españoles y dice que la inteligencia artificial cambiará los cerebros

 



La bodega de Vega Sicilia en Valbuena de Duero, Valladolid BERNARDO PÉREZ

 


Las Bodegas de Vega Sicilia, productoras de uno de los vinos más reconocidos de España a nivel internacional, elevaron sus beneficios algo más de un 40% en el ejercicio 2018. Ganaron 24,6 millones de euros, frente a los 17,34 millones del ejercicio previo, en buena parte por la venta de un inmueble con una plusvalía de 6,4 millones. La empresa ha entregado sus resultados en el Registro Mercantil, junto al requerido informe anual de gestión. En el caso de Vega Sicilia, ese informe es, sin embargo, atípico, ya que más allá de hablar de vino o bodegas, hace una extraña descripción de la marcha del planeta, la torpeza de los gobiernos españoles y los riesgos de un mundo que envejece, pero que es más sensible y feminista.

 

 


La empresa Bodegas Vega Sicilia fue constituida en 1964 para integrar dentro la bodega clásica que bajo esta marca elaboraba vinos desde el Siglo XIX. Tanto la bodega como los viñedos están en la localidad de Valbuena del Duro (Valladolid). La compañía, que dirige Pablo Álvarez, es propiedad de una patrimonial llamada El Enebro, que en origen fundó el empresario David Álvarez, ya fallecido, quien compró las bodegas en 1982. Ahora está en manos de sus hijos y la controlan cinco de ellos, tras una pugna interna con sus otros dos hermanos, centrados a su vez en el control de Eulen, una empresa de seguridad y servicios que también fundó su padre. Además de producir Vega Sicilia y Valbuena, los hermanos han abierto otras bodegas con otras marcas como Alión y Pintia, también rentables.

 

 

El extraño informe de gestión que acompaña las cuentas arranca con un «queridos accionistas». Hace primero un repaso a la marcha de la empresa en el último ejercicio en un lenguaje coloquial. Apunta que ha sido otro «año brillante»con un «sobresaliente aumento de la riqueza obtenida». Repasa la cosecha del 2018 en la finca de Vega Sicilia (415.000 kilos de uva, un 36% más que en 2017). Y la venta de botellas, de diferentes añadas: este año han despachado 363.819 en total (el 1,6% menos) y 166.911 en exportación (el 8,6% más). La compañía tiene unos estrictos métodos de producción y venta limitada por cupos, y como el 2019 habrá menos botellas disponibles, avisa de que deberán «recortar, lamentablemente, en el mercado nacional» y así sostener el crecimiento de las exportaciones.

 

 

Crecimientos «de neón» y avestruces

 


Tras este repaso, el autor del informe regala a los accionistas un análisis de la economía y la sociedad española con un atípico tono para este tipo de informes. «En España el año 2018 ha supuesto un año más, más de lo mismo, pero incrementado por la salida inesperada del Gobierno minoritario del PP», repasa. Recuerda que llegó otro Gobierno del PSOE, que no pudo sacar adelante los presupuestos. «El sistema económico España es un laberinto. Crece más que nadie de los países importantes de la UE y, sin embargo, ampliamos el déficit público, aumentamos la deuda pública y no rebajamos sustancialmente el desempleo. Es algo parecido al experimento científico de la «resonancia mórfica» donde España está situada —en varios aspectos— en el orden de los «torpes» y, sin embargo, sus nuevos descendientes (nuevos Gobiernos) no superan a los predecesores salvo en torpeza», dice. Según la bodega, no solo falla España, ya que «los comportamientos no evolutivos parecen generalizarse en el mundo occidental, donde muchos grandes países están en modo avestruz».

 

 

 


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Sobre la marcha de la economía mundial, señala que «la conciencia personal y social está cambiando hacia una sensibilización, igual más feminista (…) que va a transformar —con el tiempo— nuestro concepto de mundo». Entre otras cosas, advierte de que «la inteligencia artificial parece va a cambiar, importante e irreversiblemente, una parte del futuro que vamos a vivir; y esperemos que para bien de la mayor parte de las personas, aunque tiene sombras. También va a provocar en las personas un desarrollo cerebral porque va a exigir mínimos (interacción tecnológica con las personas) que son superiores a los habituales del mundo actual», valora. «Pero no nos engañemos, va a autoexcluirse una parte importante de la sociedad que no piensan realizar el más mínimo esfuerzo. Es como si para estar en forma, te inscribes a un gimnasio, pagas las cuotas, acudes al gimnasio pero solo miras».

 

 

Aun así, Vega Sicilia es optimista con el año en curso: «Este año, 2019, trae en lo económico, grandes incertidumbres porque la globalización abierta tiene importantes desajustes pero superaremos los contratiempos y creceremos globalmente aunque no sean cifras de neón. El planeta se desarrolla de forma irreversible y, en conjunto, la riqueza económica humana es casi milagrosa».

 

 

Más ventas y 5,7 millones en obras de arte

 


El largo informe de gestión acompaña unas cuentas que para la empresa sí son «de neón». La compañía cuenta con unas ventas de 37,49 millones, el 3,1% más, de las cuales, 1,3 millones no llegan del vino, sino de la prestación de servicios y la venta de otros productos. Del total de su producción, 19,8 millones de facturación se logran dentro de España, 7,95 en el resto de la Unión Europea y 9,67 millones, en el resto del mundo.

 

 

Entre su patrimonio, dispone de los viñedos, la bodega y el vino en elaboración (el valor de sus existencias en curso está registrado en 30,3 millones de euros, entre ellas, vino «embotellado y en proceso de envejecimiento» valorado en 8,2 millones), así como con obras de arte y otros elementos valorados en 5,76 millones de euros. La compañía señala que en el ejercicio de 2018 ha procedido a realizar un reparto de dividendos entre los socios de 30 millones de euros, frente a los 1,5 millones que se distribuyeron al año previo.

 

 

El grupo tiene, además de las bodegas clásicas de Vega Sicilia, el 100% de las acciones de las bodegas del resto de marcas con las que produce vino la familia: Alión en Peñafiel (Valladolid), Pintia en San Román de Hornija (Valladolid) y Tokaj Oremus, una productora histórica de vino dulce en Hungría que compró hace unos años; así como el 50% de Macán, la bodega que comparte con Rothschild desde 2017. También controla el 100% del Quexigal, una finca de Ávila.

 

 

De todas estas empresas, la más rentable es la bodega Alión, con un beneficio neto en 2018 de 3,85 millones; seguida de Pintia, con 205.000 euros; y Tokaj Oremus, que aporta 159.000 euros. Mientras, la finca pierde 316.000 euros; y la bodega que comparte con Rothschild, el proyecto más nuevo de la compañía, tiene unas pérdidas de algo más de un millón de euros.

 

El País