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La oreja de Van Gogh sufrió en Caracas

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La oreja de Van Gogh sufrió en Caracas

Una década de ausencia en suelo venezolano. Pero el regreso quizás les deja un mal sabor de boca. La oreja de Van Gogh protagonizó anoche uno de los conciertos más atropellados que han ocurrido en Caracas en los últimos años.

 

 

Pero no fue culpa de la formación  donostiarra. Ni de Leire Martínez, quien desde 2008 funge como vocalista del grupo tras la renuncia de Amaia Montero. Tampoco del público, que se mantuvo conmovido y eufórico durante las más de dos horas que duró el concierto en el Sambil.

 

 

El show comenzó sobre las 8:30 pm. La joven rompió el hielo con Rosas, canción que provocó una inundación de globos rojos en el público. Un ramo de flores cayó a los pies de la cantante española, al igual que una gorra tricolor la cual se apresuró por ajustar en su cabeza.

 

 

«Son 10 años desde la última vez que el grupo vino a Venezuela. Ya era hora ¿verdad?», dijo Martínez, salida del reality show El Factor X.

 

 

Recordó que debieron posponer las fechas del concierto por las protestas estudiantiles de meses pasados y ofreció disculpas por ello.

 

 

Durante la interpretación del tema Perdida, a las 9:00 pm, las cornetas del anfiteatro comenzaron a fallar progresivamente, primero saturando el sonido y luego dejando en silencio a toda la banda, compuesta por Álvaro Fuentes (bajista), Haritz Garde (baterista), Pablo Benegas (guitarrista) y Xabi San Martín (tecladista), quienes junto a Martínez abandonaron el escenario hasta que se resolvió la falla.

 

 

Durante los 15 minutos a oscuras, el público cantó a capela canciones de la agrupación. Al volver la luz, los músicos y el audio, comenzó a llover con fuerza. Los presentes, sin embargo, coreaban el tema París.

 

 

Bajo el agua, los ganadores del Grammy siguieron con el show que presentaba en el país su disco en vivo Primera Fila, el cual recopila grandes éxitos extraídos de los seis álbums anteriores del grupo formado en San Sebastián, País Vasco (España), en 1996.

 

 

Himnos como La playa, Deseos de cosas imposibles, 11 de marzo, Muñeca de trapo, entre otros, calentaron a los fanáticos empapados por la lluvia y por las lágrimas.

 

 

«En toda las giras que he hecho con este grupo no ha habido un concierto en el que hayan pasado más cosas como en este en Venezuela», dijo la vocalista de la banda ya hacia el final de la noche.

 

 

«Pero creo que va a ser el concierto más inolvidable de todos lo que hayamos hecho. Nos hemos topado con un público tan agradecido al que no le ha importado que lloviera, lo habéis cantado todo y con la mayor de las pasiones. Vosotros le dais sentido a lo que nosotros hacemos», agregó la cantante sin saber lo que vendría.

 

 

Para cerrar el espectáculo, en el medio de la última canción que sería interpretada durante la noche, la número 21 a las 10:40 pm, el sonido volvió a dejar con la boca abierta a la banda. Esta vez, funcionarios de la Policía de Chacao fueron los que apagaron la consola de sonido haciendo referencia a la supuesta violación de una permisología para usar el anfiteatro hasta las 10 pm.

 

 

Mientras, en la tarima, Leire Martínez y sus compañeros se encogían de brazos, mientras se despedían del público venezolano quién sabe por cuánto tiempo.

 

JOSÉ G. MÁRQUEZ

 

  EL UNIVERSAL

 

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