En Brasil el escándalo de corrupción que destapó la operación Lava Jato parece no tener fin. Esta semana la Justicia dejó en situación más que comprometida al presidente Michel Temer y complicó un plan de salvataje del gigante cárnico JBS, protagonistas entrelazados de la trama.
Un tribunal de Brasilia suspendió la venta por US$ 300 millones de los activos que JBS tiene en Argentina, Paraguay y Uruguay. El juez federal Ricardo Leite alegó que la venta de activos puede perjudicar el esclarecimiento de los casos de corrupción denunciados en la delación de ejecutivos de JBS, que involucran al presidente Temer y a numerosos políticos brasileños.
JBS había anunciado la venta de la totalidad de las acciones de sus filiales en Argentina, Paraguay y Uruguay a tres empresas controladas por la también brasileña Minerva por unos US$ 300 millones. Esta operación era parte de un programa de venta de activos con el que JBS esperaba recaudar unos US$ 1.824 millones.
Además de la venta de sus activos en Argentina, Paraguay y Uruguay, la empresa brasileña también puso a la venta el 19,2% de las acciones de la empresa de lácteos Vigor Alimentos; la participación en la británica Moy Park, que es una de las procesadoras de carne más importantes de Europa, así como los de la subsidiaria Five Rivers Cattle Feeding.
El grupo JBS está necesitado de liquidez para saldar deudas y mantenerse en un mercado que le cerró el acceso a créditos por los múltiples escándalos de corrupción que le salpican.
Uno de ellos ha puesto contra las cuerdas al presidente de Brasil, a quien la Corte Suprema abrió una investigación por sospechas de corrupción. La investigación tiene por base las revelaciones a la Justicia de varios ejecutivos de JBS que, además de acusar a Temer de recibir coimas desde 2010 y aportar una comprometedora grabación, confesaron haber pagado sobornos a 1.829 políticos de 28 partidos.
Según estimaciones de la prensa brasileña, JBS perdió más de US$ 2.500 millones de su valor de mercado desde que el pasado 17 de mayo salió a la luz esa grabación hecha secretamente por Joesley Batista, principal del grupo cárnico, en la que Temer parece dar aval al pago de un soborno.
En marzo pasado, JBS fue también objeto de la llamada operación «Carne Débil» («Carne Fraca» en portugués), que destapó una mafia de productores que sobornaba a fiscales sanitarios para vender carnes en mal estado o adulteradas.
Uno de ellos ha puesto contra las cuerdas al presidente de Brasil, a quien la Corte Suprema abrió una investigación por sospechas de corrupción. La investigación tiene por base las revelaciones a la Justicia de varios ejecutivos de JBS que, además de acusar a Temer de recibir coimas desde 2010 y aportar una comprometedora grabación, confesaron haber pagado sobornos a 1.829 políticos de 28 partidos.
Según estimaciones de la prensa brasileña, JBS perdió más de US$ 2.500 millones de su valor de mercado desde que el pasado 17 de mayo salió a la luz esa grabación hecha secretamente por Joesley Batista, principal del grupo cárnico, en la que Temer parece dar aval al pago de un soborno.
En marzo pasado, JBS fue también objeto de la llamada operación «Carne Débil» («Carne Fraca» en portugués), que destapó una mafia de productores que sobornaba a fiscales sanitarios para vender carnes en mal estado o adulteradas.
El conglomerado brasileño J&F, dueño de la multinacional JBS, pidió disculpas públicamente por los actos ilícitos cometidos, por los que acordó con la Fiscalía pagar una multa de unos US$ 3.100 millones.
Pero las cosas se le complicaron más a JBS, ya que ayer la Fiscalía General de Brasil solicitó que se congelen los activos del grupo y de sus accionistas mayoritarios. La oficina del fiscal general está buscando garantizar el reembolso de unos US$ 255 millones por los perjuicios que sufrió el banco estatal BNDES por sus acuerdos con JBS.
Temer acorralado.
El presidente Temer también recibió un duro golpe judicial esta semana, cuando un juez rechazó la denuncia por «calumnias, injuria y difamación» que presentó contra Batista, quien le acusó de ser «el jefe de la mayor y más peligrosa organización criminal» de Brasil, en una entrevista de la revista Época.
Tras la confesión de Batista, el Supremo autorizó una investigación contra Temer por los delitos de corrupción, obstrucción a la Justicia y asociación ilícita, y la Fiscalía deberá decidir si presenta o no una denuncia contra el mandatario. En un informe parcial entregado al Supremo, la Policía aseguró que hay fuertes evidencias de que Temer incurrió en el delito de corrupción pasiva al recibir «ventajas indebidas» (sobornos) del grupo J&F.
La situación de Temer se ha ido agravando paulatinamente en los últimos días. Según informaron ayer medios brasileños, un intermediario financiero que colabora con la Justicia confesó que Temer sabía del pago de sobornos a Petrobras, centro de las investigaciones del Lava Jato. El cambista Lucio Funaro, según las mismas fuentes, también afirmó que Temer «orientó» la distribución de una cantidad de dinero que había sido desviado de las cuentas de la Caixa Económica Federal.
Tambalea la reforma laboral del presidente.
Una comisión del Senado de Brasil rechazó el martes un borrador preliminar del plan del presidente Michel Temer para cambiar las leyes laborales, lo que muestra que el apoyo a la agenda reformista del gobierno se ha debilitado. La propuesta, rechazada por la comisión de Asuntos Sociales por 10 votos contra 9, pasará ahora a la comisión Constitucional y a la de Justicia antes de ser votada por el pleno, donde el gobierno espera revertir la situación.
El País Uruguay
Por Confirmado: Patricia Villegas
