Menos mujeres españolas fueron asesinadas por su pareja o expareja en 2020 que en años anteriores, pero esa estadística enmascara un aumento de la violencia de género, ya que los encierros de COVID dejaron a las víctimas confinadas con sus abusadores, dicen grupos de derechos humanos y funcionarios .

Los correos electrónicos a las líneas de ayuda para abusos se multiplicaron por seis en abril, el primer mes completo del bloqueo de España.

«La violencia basada en el control, que no asesina, pero es insidiosa y devastadora, creció porque las parejas violentas ya tenían mujeres bajo su control físico», dijo a la prensa Victoria Rosell, la principal funcionaria del ministerio en cuestiones de abuso de género.

En general, en 2020, las llamadas a la línea de ayuda de abuso del gobierno aumentaron un 15%, mientras que los correos electrónicos aumentaron más del 230%, pero el contacto con las víctimas a menudo se perdió debido a que la cohabitación forzada empujó a las mujeres a buscar ayuda en silencio para evitar las represalias de sus parejas.

“Muchos llamaron, pero perdimos el rastro de la mitad, porque no pudimos llamarlos. Llamaron diciendo: ‘Puedo hablar ahora porque saqué al perro’, luego desaparecían ”, dijo Carmen Benito, presidenta de la Asociación de Mujeres contra el Abuso.

La combinación de restricciones al movimiento y dificultades económicas también significó que menos mujeres buscaran irse, lo que dio lugar a menos enfrentamientos violentos, un factor determinante en la caída en el número de asesinatos de pareja a pareja a 45, el más bajo desde que comenzaron los registros en 2003. 

Intentar dejar a una pareja abusiva con frecuencia conlleva el mayor riesgo de violencia física, dijo la sobreviviente de abuso doméstico Ana Bella, quien encabeza una red para mujeres víctimas de violencia de género que recibió cuatro veces más llamadas de ayuda una vez que comenzó la pandemia que en 2019.

“El abuso no ha disminuido: las oportunidades para que el séquito de la víctima tenga acceso y la ayude a romper el silencio sí lo han hecho”, dijo.

El abuso no físico también ha aumentado, y las asociaciones de mujeres citan casos de hombres que racionan los alimentos, secuestran a sus parejas en una sola habitación o las privan de la comunicación.

“Las mujeres estaban solas con sus agresores, no tenían contacto con vecinos, familiares o amigos”, dijo la abogada Irene Ramírez, voluntaria de la Comisión Investigadora del Maltrato a las Mujeres, una ONG.

«Sufrieron violencia psicológica, emocional y económica … y el colapso del sistema de salud impidió que muchos de los agredidos llegaran a los centros médicos».

El patrón en España se ha replicado en otros lugares, con la Organización Mundial de la Salud diciendo que las llamadas a las líneas directas aumentaron un 60% en Europa y el Papa Francisco denunció el aumento de los abusos.

Reuters