La culpa de ser inmigrante venezolano
noviembre 23, 2020 5:04 am


 
 
 La tragedia de los millones de venezolanos que han tenido que salir del país para sobrevivir no acaba cuando llegan a un país de destino, aunque el régimen asegure que se dan la gran vida. La inmensa mayoría busca un trabajo digno y la manera de ayudar a la familia que deja en el país.

 

 

Esta misma tragedia que vivieron muchos latinoamericanos que huyeron en su momento de tiranías, dictaduras y violencia desmedida. Y da la casualidad de que la mayoría consiguió cobijo en una tierra generosa, con gente amable que no solo los recibió con los brazos abiertos, sino que los adoptó.

 

 

Historias de chilenos, peruanos, colombianos y argentinos que sienten a Venezuela como su segunda tierra porque en este suelo supimos entender su sufrimiento y tuvimos empatía con su situación. Pero ahora que los venezolanos necesitan de esa solidaridad, no son pocos los que se han topado con la xenofobia.

 

 

Reciente es el ejemplo de las terribles declaraciones de autoridades colombianas como la alcaldesa de Bogotá. Pero se hace más duro escuchar insultos y vejámenes de una persona que dice incluso haber atendido a venezolanos, como es el caso del abogado Guillermo Miranda en Perú.

 

 

Los organismos especializados en migraciones y muchas organizaciones no gubernamentales se han ocupado de aclarar que, muy al contrario de lo que se les achaca, los venezolanos están contribuyendo a las economías de los otros países de la región. El nivel de los profesionales es reconocido en todos los lugares donde los acogen, pero también las ganas de trabajar de la gente común.

 

 

¿Por qué entonces el abogado Miranda ataca de esa manera a Junior Ramírez, un joven que lo que hace es cumplir con su trabajo? ¿Qué justificación tiene para insultar y humillar a una persona así? Sea inmigrante o no, todo ser humano merece respeto.

 

 

No esperaba el abogado que el video diera la vuelta al mundo y lo dejara en evidencia. Y entonces aprovechó las redes sociales para ofrecer una disculpa tardía y poco sentida. Pero el asunto se extendió y llegó a la televisión peruana, en donde siguió con su discurso de arrepentimiento.

 

 

¿Cuál fue la respuesta del joven venezolano? “Al igual que yo, muchos venezolanos, extranjeros y hasta peruanos han sido víctimas de este tipo de abusos y la verdad es que ya es hora de que las personas piensen un poco antes de hablar y razonen porque no hay ningún motivo para reaccionar de esa forma”.

 

 

Lo dicho por Junior Ramírez es lo correcto, no basta con ofrecer disculpas, hay que entender que este tipo de comportamiento no puede ser olvidado o engavetado, sino tratar de que no se repita. Como bien dijo el joven que fue maltratado, muchos, incluso los propios peruanos, deben aguantar este tipo de abusos y es hora de decir, con valentía, ¡ya basta!

 

 

Editorial de El Nacional