logo azul

Hambre y elecciones

Categorías

Opiniones

Hambre y elecciones

 

 

Una información de la agencia Efe, desde Bogotá, coloca a las elecciones venezolanas en un lugar primordial no solo en lo político y lo económico, como sería lo lógico, sino en un punto tan extraño como lo es el que los venezolanos se dirigen en masa hacia la frontera para adquirir alimentos y artículos de primera necesidad por la proximidad de las elecciones presidenciales.

 

 

En realidad ya Colombia no aguanta que la ordeñen tanto y no por egoísmo, que bastante generosidad ha demostrado, sino porque cada vez que truena o relampaguea en Venezuela (según el experto en meteorología que reside en Miraflores) salen los venezolanos a cruzar la frontera para comprar algo de comer y prepararse para lo peor, si es que esto que vivimos en nuestro empobrecido país puede ir a peor.

 

 

 

Según la ley de Murphy si “algo puede salir mal, saldrá mal”, o peor, para mayor desdicha. Cuando el alabado muerto que todavía vive nos dejó en herencia este personaje, que desde sus inicios nos parecía un error mayúsculo, pues sabía lo que hacía, es decir, que no pecamos de exagerados si decimos que la escogencia del héroe del cuartel de la montaña (¿cuál héroe y cuál montaña?) nos sembró una venganza para varios años que, válgame Dios, nos está matando lentamente, no como un bolero cubano sino como una marcha militar desafinada.

 

 

 

El experto en truenos y demás fenómenos meteorológicos es un desconsiderado que, además de enviarle a Juan Manuel Santos cerca de 1 millón de venezolanos famélicos, lo acusa de desestabilizador por recibirlos, alimentarlos, vacunarlos y darles trabajo a quienes han sido víctimas de la ineptitud de nuestro presidente de turno. Y “está de turno” es un decir, porque entre gobernar y bailar existe un amplio trecho que el susodicho no logra sortear, a pesar de que sus asesores extranjeros lo colocan en situaciones tan ridículas que en verdad parecen estar pagados por Trump.

 

 

 

Lo cierto es que estamos en deuda con Colombia a pesar nuestro porque Venezuela era el vecino que miraba con echonería a los vecinos. Hoy comemos gracias a ellos, y a los brasileños, y a las Naciones Unidas y sus organizaciones hermanas. Comemos y nos curamos de enfermedades y pestes que la odiada cuarta república ya había combatido con éxito y que hoy han vuelto a reinar a sus anchas entre la población más pobre y desesperada.

 

 

 

El país con las reservas más grandes de petróleo del mundo hoy pide limosna ante los bancos y prestamistas más perversos del capitalismo mundial y, para peor, lo poco que nos queda en las faltriqueras lo tenemos que usar en pagar bufetes con la esperanza puesta en ganar no dinero sino un tiempo mezquino antes de quebrar definitivamente y comenzar a vender las bolsas CLAP rellenas de basura, que gracias a la inventiva de los pobres se han convertido en el producto alimenticio más buscado del mercado.

 

 

 

Pero volvamos al principio, es decir, a la información de Efe que motiva este editorial, el cual dice sin anestesia que “diariamente 50.000 venezolanos ingresan a Colombia para abastecerse de artículos de primera necesidad frente a las elecciones presidenciales del próximo 20 de mayo”. Señores oficiales de la Fuerza Armada, ¿podemos hablar de soberanía en estas condiciones tan paupérrimas?

 

 

Editorial de El Nacional

Comparte esta noticia:

Contáctanos

Envíe sus comentarios, informaciones, preguntas, dudas y síguenos en nuestras redes sociales

Publicidad

Si desea obtener información acerca de
cómo publicar con nosotros puedes Escríbirnos

Nuestro Boletín de noticias

Suscríbase a nuestro boletín y le enviaremos por correo electrónico las últimas publicaciones.