Las obras que reflejan la descomposición y las dificultades del país proliferan en el exterior, en contraste con la cercenada escena literaria y editorial interna
Librería La Gran Pulpería del Libro Venezolano, en Caracas. GEORGINA SVIEYKOWSKY
La crisis política que sufre Venezuela está afectando a la creación, la edición y el acceso de los ciudadanos a la lectura y las artes. Muchos escritores han emigrado al exterior, aunque no por ello han despegado sus cabezas de su país y tratan de narrar su decadencia en sus libros. Desde la novela, el cuento, la poesía, cada vez más autores confrontan esa realidad oscura y violenta. Este sábado, Babelia habla con varios de ellos y también con algunos que se han quedado y tratan de contarlo desde dentro, en un reportaje firmado por Javier Lafuente que también se hace eco de la descomposición de la industria editorial en el país. «La eclosión de una narrativa poderosa coincide con un momento en el que esta prácticamente solo puede publicarse y conseguirse fuera de Venezuela. Dentro del país, la industria editorial casi ha desaparecido. Las grandes firmas se han ido», constata el artículo.
Este reportaje principal se completa con un artículo de opinión del escritor y periodista venezolano Ibsen Martínez.
En el apartado de criticas literarias, el libro de la semana es El lugar de la espera,el excelente libro de Sònia Hernández que analiza la perplejidad de la generación a la que se le prometió que podía ser lo que quisiera en la vida. La sección de reseñas se completa con títulos de Rosana Acquaroni, Javier Sinay, Wendy Guerra y Belén Gopegui, además de tres títulos que analizan los populismos. También se ofrece un análisis extenso de Historia de una demancia colectiva, la obra de Friedrich Reck-Malleczewen prohibida por los nazis que contó la historia del despótico régimen religioso instaurado mediante el terror y el asesinato de miles de inocentes en 1534 en Münster.
Tras la sección literaria, Babelia analiza al nuevo público del arte. Directores de siete centros españoles escriben sobre sus visitantes con ocasión del Día Internacional de los Museos.
La sección de música abre esta semana con la crítica del debut en el sello Deutsche Grammophon de Mirga Gražinytė-Tyla, la primera directora con contrato en exclusiva en el mítico sello amarillo. Lo hace con un disco con las sinfonís 2 y 21 del compositor ruso de origen judío polaco Mieczysław Weinberg, con la Sinfónica de la Ciudad de Birmingham y la cuerda de la Kremerata Báltica. La sección de críticas musicales se completa con los discos de Tyler the Creator, Andrew Bird, Aldous Harding, Isasa y Santiago Lara.
En el apartado de Teatro, la crítica de Marcos Ordóñez se centra esta semana en la felicidad que le produjo disfrutar del montaje de Mario Gas de la obra La hija del aire, de Calderón, en el que destaca la gran actuación de Marta Poveda en el papel de la reina de Asiria Semíramis.
El suplemento cultural de EL PAÍS se completa este número, entre otros artículos, con la columna semanal de Antonio Muñoz Molina, que este sábado cuenta su recorrido por la ciudad de Turín para encontrar el número 75 del Corso Re Umberto, la casa donde vivió Primo Levi, en un itinerario similar al que en 1986 realizó Philip Roth para visitar al escritor italiano.
