El Mundo: Venezuela a la caza del periodista
marzo 18, 2019 2:55 pm

«¡A los coño e madre (hijos de puta) de la prensa me los sacan! Esos sólo vienen a joder acá». Los periodistas nacionales y extranjeros están en el ojo del huracán venezolano, un día sí y otro también. La visita de la comisión enviada al país por Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, no sólo ha provocado el maquillaje exprés de cárceles y hospitales, sino que también ha disparado las agresiones de colectivos y fuerzas policiales contra reporteros y activistas.

 

 

El Instituto Prensa y Sociedad Venezuela acusó a Iris Varela, ministra del Poder Popular para Servicios Penitenciarios, por arremeter contra los profesionales con los insultos que abren esta crónica. Se les prohibió tomar fotografías y fueron desalojados a la fuerza de las inmediaciones de la cárcel de Uribana, lugar escogido hoy por los funcionarios de la Misión Bachelet. Medios y periodistas también sufrieron cinco «violaciones a la libertad de expresión» durante las protestas de familiares en el Hospital de Barquisimeto, incluido en la misma agenda de la ONU.

 

 

Agresiones, hostigamiento, detenciones y persecución forman parte de la nueva arremetida de la revolución contra periodistas y trabajadores de la prensa, que se aceleró en enero con el desafío del Parlamento contra el gobierno de Nicolás Maduro y que coincide con la asfixia contra los pocos medios que sobreviven al cerco de la revolución. La represión de la «artillería del pensamiento» chavista contra los medios incluye bloqueos de webs, redes sociales, redes VPN y hasta de Youtube o de audios Soundcloud durante los discursos de Juan Guaidó, censurados en televisiones y radios.

 

 

En los últimos días se sumó la detención durante 25 horas del periodista e influencer hispanovenezolano Luis Carlos Díaz, acusado de ser cómplice del «sabotaje eléctrico», además de la captura de Rafael González, chófer del equipo de CNN, quien fue capturado hace tres días y pasa mañana a tribunales, bajo la acusación de conspiración y asociación para delinquir.

 

 

La semana pasada, el periodista estadounidense Cody Weddle también fue detenido por agentes de Contrainteligencia Militar, interrogado durante 12 horas y finalmente deportado, sin que el gobierno haya ofrecido ninguna información de los motivos hasta el momento.

 

 

El relato del reportero polaco Tomasz Surdel, agredido el pasado jueves en Caracas por agentes con pasamontañas, es tan escalofriante como las magulladuras de su rostro. El corresponsal de Gazeta Wyborcza, diario de mayor circulación de Polonia, vivió en primera persona, cómo se las gastan las fuerzas gubernamentales contra los periodistas. «Me pusieron una capucha en la cabeza y me comenzaron a dar coñazos (golpes) sin preguntar nada, sin discutir, durante dos o tres minutos. Cuando me sacaron la capucha tenía una pistola apuntándome. Uno de ellos dijo ¡dispárale!. Apretó el gatillo, pero la pistola no estaba cargada», rememoró para EL MUNDO.

 

 

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) contabiliza 40 detenciones arbitrarias en lo que va de año, durante las cuales se realizaron interrogatorios «en condición de aislamiento o incomunicación». «El gobierno no tiene límites y podemos esperar más ataques a los periodistas nacionales y extranjeros», advirtió Andrés Cañizález, director de Medianálisis.

 

 

Cada uno de los casos refleja el nivel de impunidad que sufren los periodistas en Venezuela, que también son hostigados por policías y paramilitares mientras realizan su trabajo. Otra de las estrategias del poder es señalar en sus medios de propaganda, con nombres e imágenes, a periodistas y activistas de derechos humanos.

 

 

Así ocurrió con Luis Carlos Díaz, víctima de un «fake news» fabricado en la televisión estatal. Un vídeo realizado por el periodista y por su pareja, la escritora Naky Soto, fue editado y manipulado para hacer parecer que el también activista digital vaticinaba el colapso eléctrico que estaba por llegar. Durante el allanamiento que se le realizó en su casa, los agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) sustrajeron varias pertenencias así como los dólares que la pareja poseía para la operación de Soto, enferma oncológica. Díaz también fue golpeado con un casco y amenazado durante su detención.

 

 

El SNTP ha documentado «severas restricciones a la libertad de expresión en Venezuela durante 2019, incluida la descalificación pública de los periodistas y, en casos, la consecuente desaparición y/o detención de quienes han sido señalados».

 

 

El chavismo avanza a la caza del periodista, superando sus propios límites. «La represión se va a recrudecer. El régimen necesita chivos expiatorios que le permitan sustentar su narrativa sobre lo ocurrido y, sobre todo, trasladar a terceros su clara responsabilidad de esta clara tragedia», sentenció Gonzalo Himiob, director de la ONG Foro Penal.

 

 

Al menos, el youtuber alemán Billy Six fue liberado, con medidas cautelares, tras cuatro meses de prisión, mientras se sigue luchando para que también excarcelen al reportero gráfico Jesús Medina. Six ha emprendido hoy viaje a su país, custodiado por la diputada Delsa Solórzano.

 

 

Parecidas restricciones a las de Six sufre Díaz, quien ayer envió un mensaje a la profesión, que se defiende a golpes de solidaridad ante los embates de la revolución: «En los momentos oscuros sabía que no estaba solo. Cuando sólo era dueño de mi próxima respiración, o cuando no, sabía que no estaba solo. Gracias por ser red y estar ahí. Seguimos».

 

 

El Mundo por confirmado Pv