El juicio contra El Chapo se asoma a su vida íntima con Emma Coronel y a su infidelidad
enero 9, 2019 10:09 pm

La fiscalía presenta como pruebas una serie de mensajes interceptados por el FBI entre el capo, su esposa y su amante

 

Emma Coronel, esposa de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. AFP

 

 

Seguramente le avisaron con antelación. Pero eso no evitó que Emma Coronel se quedara petrificada al comprobar que se convertía en la protagonista del juicio que se celebra en Brooklyn contra Joaquín Guzmán, su marido. La fiscalía ha presentado este miércoles como pruebas una serie de mensajes interceptados por el FBI que abren una ventana a la vida íntima de la pareja, en la que habla de sus hijas gemelas y desvelan la infidelidad del capo mexicano con otra mujer.

 

 

El Chapo estaba visiblemente agitado, mirando continuamente hacia el público en la sala y hablando con sus abogados. En el intercambio de mensajes hablan de todo. En uno de ellos, el entonces líder del cartel de Sinaloa le pide que le compre tinte para el bigote y habla de que una de las hijas, María Joaquina, no tiene nada de miedo. “Le voy a regalar una AK47 para que pueda ir conmigo”, bromea.

 

 

Emma Coronel había dicho hasta ahora que no sabía nada de lo que hacía su marido y la fiscalía tampoco la llamó a testificar. Pero en los mensajes, Joaquín Guzmán le da instrucciones expresas sobre la manera que debe comunicarse. Le aconseja, por ejemplo, que utilice teléfonos Blackberry por el encriptado y le dice incluso que se ponga en contacto con el técnico del cartel para que le ayude.

 

 

También hablan de que algunos de los soldados de Guzmán fallecieron en un tiroteo. Emma pasa incluso en uno de los intercambios el teléfono a su padre para que puedan hablar de negocios. El Chapo le dice expresamente a su suegro que no utilice la radio para discutir sobre los envíos de droga, porque los agentes de la patrulla fronteriza de Estados Unidos rastrean las frecuencias y escuchan.

 

 

En otro de los intercambios, Emma le dice a El Chapo que cree que la policía se va a presentar en la casa. “¿Tienes un arma?”, le pregunta el narco. Ella le responde, “sí, una tuya, la que me diste”. Guzmán le pide que la esconda en un lugar seguro. También le aconseja que siga una vida normal, porque quieren utilizarla para localizarle. Los mensajes se enviaron entre finales 2011 y comienzos de 2012.

 

 

El más inculpatorio para El Chapo coincide con el momento en el que se produjo la redada en la residencia que tenía en Los Cabos, una operación que se realizó a final de febrero de 2012 coincidiendo con la celebración de una cumbre del G20. Guzmán logró escapar saltando por una ventana. «Salí con rasguños, pero estoy bien gracias a Dios», dice Guzmán a su mujer. Le comenta que vio cómo la policía llamaba a la puerta de otras casas. “Es horrible”, le responde Coronel y agrega que verá los informativos de la jornada para saber si dicen algo sobre él.

 

 

“Todo pasó muy rápido”, explica El Chapo en los mensajes que se mandaron después, “te quiero, los quiero”. También le dice que tuvo que dejar todo atrás para evitar el arresto y le pidió que le comprara ropa y calzado. El lunes se presentó al jurado un vídeo de la residencia en la que se mostró que el acusado utilizaba entonces vaqueros Levi´s de la talla 32×30 y zapatillas Nike de la talla nueve.

 

 

 

Las gemelas nacieron en agosto de 2011. La pareja comenta en un audio lo lindas que son las niñas. También sobre de la construcción de una casa y de cómo poner la propiedad a nombre de ellas, utilizando pseudónimos. Para ello, discuten, deberán falsificar los certificados de nacimiento. El FBI logró hacerse con los mensajes instalando en el teléfono de Emma Coronel un programa conocido como Flexi-Spy.

 

 

Otro momento causó incomodidad en la sala. El agente especial del FBI que supervisó la operación de interceptación de las comunicaciones leyó la transcripción de mensajes entre Guzmán y una de sus amantes, Agustina Cabanillas Acosta, quien fue detenida en la redada de febrero de 2012. El intercambio entre los dos es muy cariñoso. Ella se refiere a él diciéndole «amor» y que es «la persona más importante para ella». La lectura de estos mensajes se hizo con Coronel en la sala del juzgado. El Chapo Guzmán la buscaba con la mirada mientras se exponía la infidelidad.

 

 

El Chapo discutió también con su amante sobre envíos y venta de cocaína y marihuana en Estados Unidos. Agustina, por su parte, dijo saber que el narco estaba espiando sus comunicaciones. El técnico del cartel confirmó después al testificar ante el jurado que le podió expresamente que instalara un programa en los teléfonos y los ordenadores para vigilar las comunicaciones de su entorno. «Se convirtió en su juguete personal», comentó, «le gustaba mucho».

 

 

El País