Si al sonar el despertador por la mañana sientes que ya no puedes levantarte o que el ir a trabajar se convierte en un suplicio, es probable que seas una víctima más del Síndrome de Burnout.

Una de sus principales características es el estrés crónico, acumulado producto de largas jornadas de trabajo, así como horarios inflexibles, condiciones laborables poco favorables y recorrido de distancias muy largas para llegar al lugar de trabajo.

Se atribuye a la sicóloga Christina Maslach la elección del término Burnout, para referirse a este tipo de situaciones por las que los trabajadores terminan quemándose.

¿Cómo detectarlo?

Este síndrome se caracteriza por tres componentes:

Agotamiento físico y emocional que se refleja en fatiga crónica causada por trabajar en exceso o por pensar todo el tiempo en el trabajo

Despersonalización al tratar con desprecio e indiferencia a los clientes o compañeros de trabajo

Insatisfacción personal generada por sentimientos de baja realización y frustración

La doctora Erika Villavicencio Ayub, profesora de la Facultad de Sicología de la UNAM, explica que el Síndrome de Burnout produce también fatiga crónica, dolor de cabeza y musculares, desórdenes gastrointestinales, resfriados frecuente y ausentismo laboral.

Una de las maneras para detectarlo es por las mañanas, cuando suena el despertador y la persona no se puede levantar; eso es señal de que tiene un agotamiento crónico y posiblemente tenga otros síntomas físicos, emocionales o conductuales.

Villavicencio Ayub considera que la cultura laboral mexicana no facilita que los índices de personas que padecen de Burnout disminuya. Se estima que lo padece 40% de los trabajadores.

En nuestro país algunos empleadores aumentan sus exigencias y presión, e inclusive, han incorporado estrategias de hacer más con menos, es decir, menos personal tiene más carga laboral, aspectos que terminan repercutiendo en el organismo.

Fuente: Salud180