Decenas de miles de personas en Taiwán exigen la independencia total de Pekín
octubre 20, 2018 10:48 am

Decenas de miles de personas han participado este sábado en dos movilizaciones para protestar por el acoso de Pekín a Taiwán, en una de las cuales se ha exigido un referéndum que defina si la isla proclama su absoluta independencia respecto al territorio continental y oficialice la división que existe actualmente, una línea roja para la República Popular China (RPC) que ha dicho que esa hipótesis llevaría a una inmediata intervención militar.

 

 

Congregados frente a la sede capitalina de la formación política gobernante, el Partido Demócrata Progresista (PDP), los manifestantes han gritado consignas como «¡Referéndum de independencia!» y «¡No a la anexión!». Otros portaban pancartas exigiendo que se utilice el nombre de Taiwán como identificativo de la isla: «Taiwán, no China ni Taipei chino», se leía en una de ellas.

 

 

Agencias como Afp consideran que se trata de la convocatoria más masiva que ha registrado la isla en favor de la autodeterminación desde que consiguió desembarazarse de la dictadura del Kuomintang hace más de 20 años. La cita de Taipei ha estado organizada por una nueva agrupación, Alianza Formosa, y cuenta con el padrinazgo de dos ex presidentes de la isla, Lee Teng-hui y Chen Shui-bian, conocidos por su apoyo al secesionismo.

 

 

«Cualquier taiwanés debería elegir el futuro de Taiwán. Debe ser una decisión de los 23,5 millones de taiwaneses, no de China ni de Xi Jinping«, había declarado antes de la cita Kuo Pei-horng, uno de los dirigentes de la Alianza.

 

 

Un reciente sondeo realizado en septiembre por la Fundación Opinión Pública de Taiwán indicaba que los partidarios de separarse totalmente de la China continental siguen siendo minoritarios si se suman los sectores que no quieren cambiar el estatus actual y los que apoyan la anexión con la RPC, pero constituyen un significativo sector de la población que alcanza el 36,2%.

 

 

 

 

Coincidiendo con las próximas elecciones locales, la isla prepara un referéndum en el que contempla la posibilidad de abandonar el actual nombre que utiliza el territorio para participar en competiciones deportivas internacionales -Taipei chino- por el de Taiwán, una iniciativa apoyada por grupos cívicos e independentistas, que también ha sido duramente criticada por Pekín. La petición iniciada por uno de los medallistas locales acaparó más de 500.000 firmas, muy por encima del mínimo que requería para ser sometida al refrendo popular.

 

 

Las protestas isleñas son un reflejo de la creciente frustración de una parte de los habitantes de Taiwán ante la campaña de hostigamiento internacional y económico que promueve Pekín contra ese territorio desde la llegada al poder de Tsai Ing-wen. Tsai ha mantenido una posición ambigua respecto al principio de «Una Sola China» y el llamado «consenso de 1992», que se ha negado a refrendar de forma pública.

 

 

Por el contrario, la jefa de Estado siempre ha defendido que quiere respetar el estatus quo actual, en el que ambos territorios actúan de forma independiente sin que esa realidad sobre el terreno adquiera un reconocimiento legal a nivel internacional.

 

 

Pekín ha movilizado toda su influencia geoestratégica y económica en los últimos meses para rebajar al mínimo el número de países que reconocen diplomáticamente a Taipei. Un reducido club que ahora sólo integran 17 estados tras los últimos 5 abandonos.

 

 

Las acciones de la RPC -que también ha multiplicado los operativos de su aviación y armada en torno a la isla- han generado a su vez un endurecimiento del discurso y la actitud de Taipei. El ejército isleño ha protagonizado esta semana unas nuevas maniobras en las que simulaba enfrentarse a una invasión de los militares de Pekín, en un claro gesto que refleja la espiral en la que se han embarcado ambos territorios.

 

 

«La intimidación de China y la presión diplomática no sólo están dañando las relaciones entre ambos lados, están poniendo en cuestión seriamente la estabilidad pacífica en el estrecho de Taiwán (el que separa ambos territorios)», argumentó Tsai el pasado día 10.

 

 

 

Tras conocerse este miércoles que la Interpol había rechazado la posibilidad de que Taiwán participará como observador en la próxima asamblea general de esa organización que se celebrará en noviembre, el primer ministro William Lai achacó tal decisión a la «opresión china». «Esperamos que el público pueda percibir el verdadero color de China cuando trata con Taiwán. Su intención es anexionarse Taiwán y nunca cambiará», agregó.

 

 

La elección de Donald Trump en la Casa Blanca ha servido también para avivar la pugna, especialmente tras la guerra comercial iniciada por Washington contra Pekín, que ha propiciado un renovado interés de la actual administración norteamericana por Taiwán.

 

 

Fuentes militares de EEUU citadas por Reuters han asegurado este sábado que la marina de ese país se plantea enviar navíos de guerra al estrecho de Taiwán como ya hizo en julio. En aquella ocasión, Washington hizo navegar por la zona a dos destructores aunque desistió de que esa flotilla estuviera integrada también por un portaaviones como ocurrió en 2007.

 

 

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