Estamos de acuerdo en que los gérmenes que se quedan en nuestras manos son uno de los principales vectores en la transmisión de enfermedades, pero, ¿la solución a este problema es utilizar geles para limpiar las manos? Vamos a analizar sus características y efectos para ver si de verdad sirven para algo estos productos.

En el mercado hay distintos tipos de estas lociones limpiadoras. Por una parte encontramos el alcohol en gel, también conocido como gel sanitizante, gel desinfectante o gel antiséptico, que es el que se dispensa habitualmente en los hospitales o centros de salud. Otro ejemplo son los jabones antibacterianos, que dependiendo de su tipo y fabricante pueden tener unos ingredientes u otros.

Independientemente del tipo de producto desinfectante para manos que utilices, el resultado es el mismo: las bacterias y otros microorganismos presentes en la superficie se mueren. No obstante, aunque siempre se ha pensado que esto es bueno, estábamos equivocados y puede tener consecuencias para nuestra salud.

No todos los microorganismos son malos. Nuestro cuerpo está repleto de bacterias buenas que forman nuestro microbioma, que nos ayudan a digerir los alimentos, a prevenir enfermedades autoinmunes e incluso a evitar que se produzcan infecciones. El problema de los geles para limpiar las manos es que no discriminan y destruyen todas las bacterias por igual.

«Un aspecto de los desinfectantes para manos que generalmente se pasa por alto es que pueden afectar a los microbiomas del cuerpo de varias maneras, y algunas de ellas podrían ser malas», indica Jonathan Eisen, microbiólogo de la Universidad de California en Davis (Estados Unidos). «Mientras matan microbios potencialmente peligrosos, también están alterando las comunidades de bacterias beneficiosas en la piel». Además, también pueden contribuir a la resistencia a los antibióticos, según este experto.

En el caso de los jabones antibacterianos encontramos otro inconveniente más: la mayoría de ellos tienen ingredientes activos como el triclosán y el triclocarbán, que pueden resultar perjudiciales para el medio ambiente y la salud.

Por estos motivos, los científicos desaconsejan el uso de geles desinfectantes de manera habitual y recomiendan que utilicemos solo agua y jabón para limpiarnos las manos diariamente.

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