Corrupción abrió ojos a disidentes del chavismo
marzo 6, 2015 9:07 am

Cuadros leales a Hugo Chávez se han ido desmarcando progresivamente de quienes hoy ocupan Miraflores desde que el mandatario falleció hace dos años. A Ana Elisa Osorio o a Héctor Navarro, por ejemplo, ambos exintegrantes del Gabinete Ejecutivo, se les vio defender pública y airadamente al entonces jefe de Estado en 2002, cuando se produjo el golpe de Estado en su contra. Ya sus voces las levantan para expresar descontento.

 

“Hay una actitud poco favorable hacia la crítica, y como no hay espacio para la crítica interna, algunos hemos ido a los espacios públicos”, advertía Osorio ya en octubre pasado. Admitía entonces que tenía tiempo sin participar en las reuniones nacionales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), pese a pertenecer a la directiva. Cuando declaró entonces, lo hizo para solidarizarse con Navarro, quien al igual que el exministro de Planificación, Jorge Giordani, había hecho públicas sus diferencias con la política de la administración de Nicolás Maduro a través de misivas públicas.

 

El común denominador de todos es su crítica hacia la corrupción. “Exhortamos a la AN a que desempolve la Ley Contra la Corrupción y se castigue a los corruptos: Esos son los grandes traidores a la revolución”, protestó Osorio. La crítica sobre el mal manejo administrativo es, precisamente, lo que los ha unido con la corriente Marea Socialista, el grupo de intelectuales chavistas que se distanció del PSUV y amenaza con convertirse en partido político para disputarle el liderazgo en las próximas elecciones parlamentarias.

 

Cúpulas podridas

 

El politólogo Nicmer Evans, quien ha llevado de gira a Osorio y Navarro por el interior del país para promover su postura disidente, critica abiertamente que quienes ocupan el poder hoy gocen de privilegios especiales. «Cuando analizamos la complejidad política del país, debemos increpar dura y certeramente no solo a la desorientación gubernamental y el fraude que hasta ahora ha representado no continuar el legado del presidente Chávez, sino a aquellos que pretenden ser una alternativa sin propuesta alguna. Esta lucha ha sido tan fructífera que ambos (oposición y Gobierno) han logrado que el grueso de Venezuela no pueda identificarse con ninguno de los líderes que existen”.

 

Aunque Evans parece situarse en un punto medio, es confeso defensor de los ideales de Hugo Chávez. Su colega de Marea Socialista Heiber Barreto cree que aunque las causas de los males de la revolución -corrupción y mal manejo económico- no comenzaron solo en el gobierno de Maduro, al menos el difunto mandatario tenía ánimo de rectificar: “Chávez dejó pendiente las 3R al cuadrado y el golpe de timón. No hemos visto intenciones ni voluntades de enrumbar”.

 

De Chávez, dice, estaba claro que existían prácticas de corrupción en el país. Por eso, justifica, en tres oportunidades promovió “políticas de rectificación”: “Él mismo estaba sufriendo las consecuencia de los grupúsculos que lo tenían rodeado”.

 

No aclara si hoy esos mismos grupos son los que están mandando; sin embargo, Barreto recuerda que Maduro tuvo una Ley Habilitante especial para combatir el tema de la corrupción y cree que nada se hizo.

 

Por Juan Pablo Arocha / Caracas / noticias@laverdad.com

Fuente: La Verdad.com