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Copyright y la ‘Ley de Mickey Mouse’, ¿magia o negocio?

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Copyright y la ‘Ley de Mickey Mouse’, ¿magia o negocio?

El copyright es un derecho reconocido a los autores de las obras, pero es un derecho tanto moral como económico. Su antagónico es el “dominio público”, y grandes compañías como Disney le tienen un terrible temor. ¡Sigue leyendo y descubre el porqué!

 

 

Los autores son quienes están detrás de la creación de obras artísticas, literarias o científicas. Al concebir una obra, el artista será digno de reconocimiento y dominará la producción de su trabajo como mínimo hasta el día de su muerte.- 

Las primeras leyes de los derechos de autor, de las cuales se tenga pleno registro, se proclamaron luego de la aparición de la imprenta, ya que esta facilitaba la distribución y copias de los escritos y obras, por lo que surgió la necesidad de proteger estos “productos” bajo un reconocimiento de propiedad intelectual.

 

 

 

 

El Estatuto de la Reina Ana de 1710 en el Reino Unido, podría decirse que marcó un antes y un después en cuanto a los derechos de propiedad intelectual. Aquí se proclamaba que el autor tuviera el reconocimiento como el titular de su obra, así como también la potestad de autorizar su reproducción y difusión. En este estatuto se le atribuye el término anglosajón Copyright a esta norma.

 

 

 

 

Muchos fueron los casos en los que se discutió la perpetuidad de los derechos de autor. En principio con el Estatuto de Ana, se proclamó que solo el derecho del autor permanecería un máximo de 28 años (renovados luego de los 14 años de creación, por el autor en vida); cuando en los Estados Unidos incorporaron los principios de la “Ley sobre copyright” a su constitución de 1787, también por este limitado tiempo. Sin embargo, mucho ha cambiado desde entonces.

En el Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, desarrollado en 1886 en Suiza, contribuyó a que internacionalmente se llegara a convenir que como mínimo las obras estarán protegidas hasta cumplirse un período de 50 años luego de la muerte del autor. Esto a nivel mundial, firmado por 176 países. Aunque individualmente muchos países estipulan en su legislación plazos mayores, como en el caso de los Estados Unidos y los países que componen la Unión Europea.

 

Países como Francia y Alemania, reconocían esta ley bajo la idea del reconocimiento al autor de las obras, mientras que Estados Unidos, tenían una concepción más sobre el ámbito comercial, y la capacidad del autor de disponer de derechos económicos sobre su trabajo.-  

Países como Francia y Alemania, reconocían esta ley bajo la idea del reconocimiento al autor de las obras, mientras que Estados Unidos, tenían una concepción más sobre el ámbito comercial, y la capacidad del autor de disponer de derechos económicos sobre su trabajo.-

Por años los autores han discutido cuánto es el tiempo prudencial que deben poseer los derechos de sus obras. Algunos aseguran que debería ser “para siempre”, tal y como sucede con la propiedad privada, pero existen otros que aseguran que al morir el autor, ya suficientes ganancias habrá obtenido y el copyright debería vencerse. A partir de esta posibilidad, ¿cuál sería el negocio de las compañías productoras si se vence el plazo de protección? Es ese el motivo por el cual algunas compañías insisten en extender este plazo.

 

 

 

 

La primera extensión de durabilidad, por parte del Congreso de los Estados Unidos, se realizó en 1831 por un tiempo de 42 años. Luego en 1976 pasaron a ser 56 años de protección.

 

 

 

Luego de varios períodos y diferentes aumentos hasta llegar a 1998, es cuando finalmente se logra extender el copyright a “toda la vida del autor”, a más de 70 años luego de su muerte, en caso de ser una obra personal; y si se trata de una autoría corporativa, durante 120 años tras la creación o 95 años tras la publicación.

¿Qué pasa si se vence el copyright? 

 

 

 

Las obras pasan a dominio público. Cualquier obra literaria, artística o científica bajo el dominio público está libre de exclusividad, y cualquiera puede reproducirla, adaptarla o explotarla. Sin embargo, siempre deberán respetarse los derechos morales del autor (reconocimiento de “paternidad”, más no reconocimiento financiero). Lo que finalmente se convertiría en “el fin del purísimo negocio” para las compañías productoras.

Muchos de los éxitos producidos por The Walt Disney Company, están basados en obras literarias que en su momento estuvieron sin la protección de los derechos de autor. Ejemplos de ello, son ‘La bella durmiente’ y ‘Blancanieves’, obras creadas por los hermanos Grimm y popularizadas por Disney.-

 

 

 

 

 

Muchos de los éxitos producidos por The Walt Disney Company, están basados en obras literarias que en su momento estuvieron sin la protección de los derechos de autor. Ejemplos de ello, son ‘La bella durmiente’ y ‘Blancanieves’, obras creadas por los hermanos Grimm y popularizadas por Disney.-

 

 

¿Qué tuvo que ver Disney? 

 

A las puertas de lo que se creía era el paso de Mickey Mouse al dominio público, supuestamente The Walt Disney Company realizó lucrativas “donaciones” y brindo apoyo político a los congresistas, y propiamente a la campaña del presidente Clinton, quien estaba en pleno mandato para la época, y accedió firmar la última extensión en 1998, la cual protege al ratoncillo por un largo período adicional. Este movimiento causó gran polémica, popularizando el término “Ley de Mickey Mouse” o “Ley de protección a Mickey Mouse”, a la “Copyright Term Extension Act”. Acto promovido principalmente por Disney, pero que fue apoyada, y en beneficio de muchas otras compañías.

 

 

 

 

Mickey Mouse, es el hijo predilecto de Disney, por esta acción no entrará al dominio público hasta 2023 (95 años tras su publicación). Cuando en realidad, y desde un principio, esto debió suceder en 1984. Pero, ¿quién querría perder un negocio de miles de millones de dólares? Por solamente ponerle un indicativo de precio al ratón más popular, nos quedaríamos cortos.

 

 

 

 

Peter Pan es posiblemente uno de los pocos que nunca pasarán al dominio público, ya que su autor J.M. Barrie, otorgó todos los derechos al Hospital Infantil de Great Ormond Street, por lo que cualquier productora que desee utilizar este personaje, deberá pagar parte de los ingresos a la institución .- 

 

 

 

 

Peter Pan es posiblemente uno de los pocos que nunca pasarán al dominio público, ya que su autor J.M. Barrie, otorgó todos los derechos al Hospital Infantil de Great Ormond Street, por lo que cualquier productora que desee utilizar este personaje, deberá pagar parte de los ingresos a la institución.-

Ha resultado entonces bastante debatible la finalidad de las extensiones, ya que en su mayoría las compañías persiguen el deseo de proteger sus intereses económicos, y de “privatizar” las obras, evitando que como “bienes culturales” puedan ser “reimaginadas” y desprender otras ideas.

 

 

 

 

 

Culturizando

 

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