Los cabellos rizados generalmente suelen ser cabellos secos, porosos y crespos. Además, suelen tener bastante volumen y, sin duda, son más rebeldes y difíciles de controlar que un cabello liso. Además, son más sensibles a las agresiones externas.

Por estos motivos es necesario prestar más atención a este tipo de pelo, tal y como señala Víctor Latorre, Hair Colorist de Art Lab, en Madrid, quien señala que lo que necesitan los rizos es muchísima hidratación ya que de esta manera evitaremos que se encrespen y ayudaremos a que queden cerrados y definirlos.

“Lo esencial en este tipo de melenas es lavarlas y acondicionarlas con productos que ayuden a definir las ondas y, una vez secado con la toalla el exceso de agua, aplicar un bálsamo potenciador de rizos. Así conseguiremos una melena rizada con forma, hidratada y definida”.

Para conseguir esta hidratación es importante elegir productos que no lo sequen y contengan elementos lípidos naturales que permitan proteger el cabello con una fina película para conservar su forma. Además, es preferible utilizar champús, acondicionadores y mascarillas específicas para cabello rizado.

Errores más frecuentes

 
El principal error que se comete al cuidar este tipo de cabello es el abuso de la espuma, “un producto que define muy bien pero contiene mucha fijación y suele dejar el cabello acartonado”, señala Latorre.

El experto indica que el pelo encrespado es uno de los principales enemigos de los rizos y advierte que para conseguir unas ondas definidas y que el pelo no quede encrespado, lo mejor es secarlo con el difusor. “Cuando ya esté todo el cabello seco podemos pulverizar un agua de peinado, si nos gusta que el rizo quede más duro”, añade Latorre. “No obstante, si preferimos que no quede tan apelmazado, simplemente lo dejamos secar al natural y listo. También tenemos otra opción, pero un poco más laboriosa: una vez secado por completo con el difusor, elegimos mechones aleatorios para definirlos con la tenacilla”, concluye.

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Por Confirmado: María González