Consejos para crear una buena contraseña y olvidarse de la clásica 123456
mayo 17, 2018 2:58 pm

Es uno de los principales remedios para evitar posibles ciberataques, aunque si bien es cierto que nada que esté conectado a interent está exento de sufrir las amenazas de los ciberdelincuentes

 

 

Filtraciones de datos de imágenes sexuales a través de iCloud. Fuga de datos por Facebook. «Hackeos» a servicios digitales de Sony. En los últimos años hemos visto cómo la protección de datos es uno de los factores más importantes de las plataformas de internet. Y la contraseña, de momento, es uno de los principales remedios para evitar posibles ciberataques, aunque si bien es cierto que nada que esté conectado a internet está exento de sufrir las amenazas de los ciberdelincuentes.

 

 

 

Y aquí los expertos consultados coinciden: la contraseña que da acceso a los diferentes servicios de internet (correo electrónico, red social, páginas de descargas) debe ser original, combinar letras y números y, por supuesto, que no sea una clásica y estándard como 123456, una de las más inseguras a pesar de ser, por el contrario, una de las más empleadas. De esta manera, y aunque no existe el 100% de garantías que no se sufra una intromisión por parte de un ciberdelincuente, los usuarios se ahorrarán muchos disgustos.

 

 

 

De esta manera, se podrá poner las cosas más dificiles a las personas malintencionadas que quieran hacerse con el control de alguna de nuestras cuentas, que podría afectar no solo a nuestra vida privada sino a nuestro bolsillo. Desde la empresa de seguridad Panda Security recomiendan seguir una serie de pasos y evitar otros tantos hábitos para estar tranquilos en este aspecto.

 

 

 

Una contraseña para cada servicio

 

 

 

Una de las primeras recomendaciiones de los expertos es la disociación. Es aconsejable no utilizar la misma contraseña para todos los servicios. Es decir, si la clave de acceso a tu gestor de correos electrónicos (Gmail, Outlook, Hotmail…) es la misma que la de tu red social favorita (Facebook, Instagram, Twitter…) o tu servicio digital (Amazon, Netflix, HBO…) te expones a un robo de información y que, por extensión, accedan a muchos datos. Y lo que es peor, que cambien la clave y no puedas recuperarla.

 

 

Combinar mayúsculas y símbolos

 

 

Los expertos consultados aseguran que una clave robusta y segura debe tener números, letras y combinar, además, mayúsculas y minúsculas, que puede evitar las intromisiones. También recomiendan añadir, en la medida de lo posible, símbolos (@, $, ¿ #) y, por supuesto, que esta contraseña cumpla otros requisitos.

 

 

 

Evitar fechas clave

 

 

Es conveniente que la contraseña no tenga ninguna relación con nosotros. No la debemos crear con nuestro nombre o fecha de nacimiento. Estos son, que no sea la fecha de nacimiento de la persona, o una fecha importante, ni que sea el nombre de usuario, puesto que existen programas informáticos que prueban contraseñas y esta es, sin lugar a dudas, una de las primeras opciones. Utilizar como contraseña el mismo nombre del correo electrónico asociado o el usuario te expone a una posible intromisión. Es cierto que muchos servicios, al menos cada vez más, impiden esta práctica pero, en la medida de lo posible, evitar esta acción.

 

 

 

Al menos ocho caracteres

 

 

Es recomendable evitar las sucesiones de números o de letras como 123456; 987654 o abc123, ni utilizar caracteres adyacentes en el teclado (qwer123; asd987). Siempre que sea posible deberá tener una longitud mínima de ocho caracteres. «Cuanto más larga sea más difícil será de adivinar», recomiendan expertos consultados. También es cierto que determinados servicios exigen que así sea, pero por recomendación hacerlo siempre así.

 

 

 

Guardarlas a buen recaudo

 

 

Es cierto que complica, por supuesto, recordar varias contraseñas distintas, pero lo que nunca hay que hacer, ni por asomo, es apuntarlas en un papel y dejarlas a la vista de cualquiera. Las contraseñas no se pueden compartir con nadie. Si lo haces, dejará de ser secreta y esa es su principal característica. No abuses de contraseñas almacenadas en el navegador. Si compartes el dispositivo con otras personas, no es una práctica segura. «Aunque sea más molesto, es mejor que las introduzcas cada vez que quieras acceder a algún sitio», dicen.

 

 

 

Cambiarlas de vez en cuando

 

 

Aunque hayas creado una contraseña fuerte, otra recomendación importante es cambiarlas de vez en cuando o periodicamente. Esto refuerza el hecho de que en caso de haberlas perdido o robadas por alguien si se modifican se evitan otros accesos. Imagínate que has roto con tu pareja o te echan del trabajo. Son situaciones en las que es posible que la clave se haya extraviado sin querer y esté en posesión de alguien que no deseamos que revise ciertos contenidos.

 

 

 

Utilizar una frase o algo aleatorio

 

 

Es posible que, en lugar de una contraseña tradicional, se pueda optar por una frase que la recuerdes fácilmente, como algún suceso importante en tu vida o el título de tu disco favorito. Otro método interesante para probarlo es incluir palabras inconexas que no tienen nada que ver entre sí o, además, utilizar generadores de contraseñas aleatorias que se pueden encontrar por internet.

 

 

 

 

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