El liguero es una prenda tradicional entre las novias que envuelve algunos mitos desde la Francia del siglo XIV hasta la actualidad

Existen tradiciones que se cumplen en las bodas y por más que pase el tiempo aún se conservan, entre ellas lo que debe llevar la novia para garantizar la buena fortuna durante su matrimonio y este pueda durar para toda la vida.

Entre los rituales está el que la novia debe llevar un liguero que aparte de garantizar un momento divertido en la fiesta, simboliza entre otras cosas el misterio y la virginidad, que son las cualidades que debe tener una novia. Suele ser de color blanco, el color de la pureza. A veces lleva algún lazo o adorno azul, el color que representa la fidelidad. De esta manera, la novia cumple con dos tradiciones a la vez: ponerse la liga y llevar algo azul.

La función original del liguero era sujetar las medias y que estas no se corrieran, pero actualmente las medias son de materiales elásticos que se sujeta muy bien a la piel.

Comienzo de una tradición

En Francia durante el siglo XIV la novia debía llevar un liguero y huir durante toda la fiesta de los hombres que eran los encargados de quitárselo, con el tiempo fue dejada de lado por considerarlo agresivo y vejatorio para la novia.

 
Actualmente el novio es el encargado de quitar el liguero con la mano o con la boca y arrojarlo a los invitados solteros al igual que se hace con el bouquet.

Puntos a tomar en cuenta:

Talla: Al elegir el liguero debe ser de tu talla, ni muy ajustado, porque deja de ser sexy, ni muy suelto que se caiga al piso.

Dónde colocarlo: La liga se lleva en la pierna derecha, según la tradición y a media pierna, no debes subirla mucho. Otra buena opción es llevar dos, para que uno lo conserves como recuerdo.

Color: Puedes optar por el clásico blanco con encaje y detalles o algo más audaz con plumas, colores y que haga juego con tus zapatos y ropa interior.

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