¿Cómo superar los celos patológicos?
enero 19, 2017 5:49 pm

Los celos son una emoción muy complicada causada por un sinfín de motivos. Regularmente se deben al miedo a perder a un ser querido en favor de otra persona. No obstante, hay una discrepancia considerable entre los celos normales y los patológicos.

 

 

Qué son los celos patológicos
Existen diferentes tipos de celos, y los patológicos son sin duda los más peligrosos. Mientras que los celos ‘típicos’ se deben a una sensación de intranquilidad (justificada o no) porque la pareja prefiere a otra persona, los patológicos se transforman en un trastorno mental.

 

 

Cuando los celos son patológicos suponen un trastorno ya que, estando instaurados o no, el celoso perderá la capacidad de controlarse, se obsesionará y se volverá destructivo tanto para sí como para su pareja.

 

 

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La terapia puede ser la solución

 

 

Cuando se presentan los celos patológicos, asistir a terapia es esencial para solucionarlos  A continuación te damos algunas recomendaciones  para que la terapia de pareja funcione:

 

 

 

Aceptar que se padece de celos patológicos: Lo más complejo es que la persona que sufre este tipo de celos sea capaz de darse cuenta de lo que le sucede y acceda a tratarse. Para ello, es importante que entienda que su forma de actuar se sale de lo normal, que su conducta es nociva para él y para los demás.
Buscar un buen terapeuta. Para superar estos celos con terapia, el profesional deberá fundar un plan de mediación desde varias perspectivas. Enseñará a su paciente a controlar sus ataques de ira, a comunicarse con el otro, a identificar las causas reales y a prevenir nuevos brotes.

 

 

Se trata de un camino bastante complejo que, de tener éxito, hará que el afectado asuma que la vida no se acaba si su pareja le deja por otra persona; que su autoestima se eleve; que suprima sus conductas agresivas y las que irrumpen la intimidad y libertad individual de su pareja; que renuncie a su obsesión por la infidelidad; así como que deje a un lado sus viejos hábitos.

 

 

Un profesional cualificado y un paciente dispuesto a cambiar son esenciales para que este tipo de terapias surta el efecto deseado.

 

 

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