En los tiempos que corren, existen diversas variantes entre un amigo con derechos y una pareja estable, siendo este último el objetivo de muchas personas que pretender encauzar ese rollo o relación especial hacia algo más serio.

Sin embargo, es en ese punto de inicio donde conviene tomar ciertas medidas si quieres que la relación avance sin que él se espante. Muchas sutileza, el espacio necesario y paciencia serán algunos de los requisitos básicos.

Todo empieza en el presente

Cuando llevas un año de relación, pretender aplicar ciertos cambios de manera súbita y forzada puede no ser la mejor forma de avanzar en la pareja, o no al menos en relaciones en las que uno de los integrante es alérgico a los cambios, la presión o el compromiso forzado. En alguno casos, todo es posible si existe una buena comunicación, pero si no es tu caso, lo mejor es aplicar esos cambios desde un primer momento.

El espacio es, de lejos, el requisito clave para poder avanzar en la pareja sin que él se espante. Permitirle, e incluso animarle, a que haga planes con sus amigos o se dedique un día entero a una actividad en casa es el mejor modo de conceder independencia al mismo tiempo que «la compensación» allana el terreno para avanzar de forma paralela. Y es que, seguir hacia adelante no significa tener que hacerlo de la mano de una persona durante 24 horas seguidas, sino en permitir que haya espacios como un modo de valorar ambas vertientes sin que estas sean incompatibles entre sí.

Si, en algún momento, no estás satisfecha con el modo en que todo avanza y existe buena comunicación, esta será esencial para marcar ciertas pautas a tiempo y dar tu opinión al respeto, algo que será mejor hacer cuando la relación fresca a cuando esta yace sumida en un tedio donde una mínima palabra puede causar la temida explosión.

Pasito a pasito

Otra virtud que debes tener en cuenta es la de la espontaneidad. Si exiges o planeas algo que a tu pareja le inquieta un poco y tú muestras ansiedad porque llegue al mismo tiempo, la tensión es palpable y la inseguridad puede dar pie al rechazo.

Si en tu caso, una cena en familia simboliza tu ideal de avance en la pareja, no lo proyectes como algo que haya que temer o ver como demasiado importante. Si un día paseas por la calle con tu chico puedes aprovechar ese encuentro casual con tu madre para tomar café y presentarle a tu pareja. Si, por ejemplo, estás pensando en irte a vivir con tu chico, hazlo primero sola o permítete disfrutar de la soledad hasta que él esté preparado.

Dale la opción de vivir contigo, pero no de forma impuesta o comprometida, sino espontánea, véase proponiéndole que sólo venga a casa por las noches y el resto del día siga en su apartamento o, en el caso de ser tú quien se muda con él, ir dejando cosas tuyas por la casa, un modo muy sutil de penetrar en ese espacio que poco a poco irá cediendo a nuevos cambios.

Hacer cosas diferentes también es una opción inteligente, ya que les permite sortear la rutina y conocerse mejor mediante esas nuevas aficiones, refrescando una relación en la que los pequeños cambios son más fáciles de llevar a cabo.

Ante todo, no olvides la sinceridad y la comunicación como principales bazas desde un principio. Prosigue con el espacio y tendrás el campo libre para aplicar cambios que llegarán de forma más fácil al no existir presión, malentendidos ni desesperación. Si ese chico te quiere responderá de forma favorable a todos esos pequeños cambios, tenlo por seguro.

Pero recuerda, todo ese «trabajo» comienza ahora, sólo ahora.

iMujer