Los sindicatos y estudiantes de Colombia realizarán el miércoles una segunda huelga nacional en menos de una semana en memoria de un joven manifestante muerto en medio de disturbios, así como para presionar cambios en la política económica del gobierno y protestar contra la corrupción y la violencia policial.
Las protestas comenzaron el jueves de la semana pasada con marchas en las que participaron miles de personas en una huelga nacional de un día.
“Esperamos que sea una jornada masiva, alegre, dinámica pero contundente rechazando todo lo que hemos denunciando”, dijo a periodistas Elías Fonseca, del Comité Ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Los manifestantes se oponen a planes económicos como un aumento en la edad para acceder a las pensiones y un recorte del salario mínimo para los jóvenes, que el presidente Iván Duque niega estar impulsando.
También protestan por lo que consideran la falta de acción del gobierno para detener la corrupción y el asesinato de cientos de activistas de derechos humanos.
Las marchas comenzaron con miles de manifestantes pacíficos, pero el jueves y el viernes se desbordaron cuando encapuchados saquearon comercios, destruyeron autobuses y estaciones de pasajeros, obligando al gobierno a decretar el toque de queda en Cali y Bogotá.
Tres personas murieron en las ciudades de Buenaventura y Candelaria, en el departamento de Valle del Cauca, en medio de enfrentamientos con las Fuerzas Armadas que trataban de impedir saqueos de locales comerciales en medio de disturbios.
Aunque la cantidad de manifestantes se ha reducido con el paso de los días, la protesta tuvo un giro inesperado el sábado cuando el joven Dilan Cruz, de 18 años, resultó herido al recibir un impacto con un proyectil de gas lacrimógeno en el cráneo cuando enfrentaba a la policía que intentaba controlar desórdenes y bloqueos de calles en el centro de Bogotá.
Cruz murió el lunes convirtiéndose en un símbolo para los manifestantes, que exigen al gobierno acabar con el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (ESMAD) al que acusan de fuerza excesiva en sus esfuerzos por dispersar las multitudes. Las protestas han dejado hasta ahora cuatro muertos, cientos de heridos y millonarias pérdidas materiales.
Las conversaciones entre el Comité Nacional de Paro y el gobierno están estancadas debido a que los sindicatos exigen una negociación exclusiva, rechazando hacer parte de un gran diálogo nacional con empresarios y los gremios que permita plantear soluciones a los problemas sociales y económicos.
Los organizadores de la protesta también rechazan una propuesta de reforma fiscal del gobierno que se debate en el Congreso, que contempla un recorte de impuestos a las empresas. Duque anunció el martes cambios a la propuesta incluyendo la devolución del impuesto sobre las ventas a las familias más pobres, que favorecería al 20% de la población del país.
Reuters
