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China, en el centro del pulso entre Trump y Kim

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China, en el centro del pulso entre Trump y Kim

Calificado de «jugador de póker de nivel mundial» por Donald Trump, el presidente chino, Xi Jinping, podría ganar la mano en la partida diplomática que disputan el mandatario estadounidense y el líder norcoreano Kim Jong Un.

 

 

 

 

A principios de marzo, Pekín, único aliado del régimen norcoreano, celebró públicamente la perspectiva de una reunión Trump-Kim, después de meses de amenazas mutuas que alimentaron los peores temores de un conflicto nuclear en su frontera.

 

 

 

 

Sin embargo, el acercamiento previsto entre Washington y Pyongyang también podría realizarse a expensas de China, según indicaron analistas.

 

 

 

 

Xi Jinping se involucró hasta tal punto en el espectacular acercamiento con Kim Jong Un, que lo recibió dos veces en menos de mes y medio, cuando lo había ignorado por completo desde que llegó al poder e incluso se sumó a las sanciones internacionales contra el programa nuclear de Corea del Norte.

 

 

 

 

«China trató, con dos reuniones con Kim, presionar a Corea del Norte para que no cediera demasiado ante los estadounidenses», dijo el experto en China Jean-Pierre Cabestan, de la Universidad Bautista de Hong Kong.

 

 

 

 

La propuesta de «desnuclearización» del líder norcoreano «asustó a los dirigentes chinos a quienes los tomó totalmente por sorpresa», reveló Cabestan. Según este sinólogo, «Pekín sí quería una cumbre Trump-Kim», pero con la condición «de que fuera solo el inicio de un diálogo sin compromisos firmes».

 

 

 

 

«Subterfugio»

 

 

El segundo encuentro entre Kim y Xi, el 7 de mayo en el balneario chino de Dalián, parece que fue un punto de inflexión. Luego, de manera repentina hubo un endurecimiento de la posición norcoreana, como señaló Donald Trump unos días antes de anunciar el jueves la cancelación de la cumbre.

 

 

 

 

«Las cosas cambiaron después de esta reunión y no puedo decir que me hace muy feliz», dijo el presidente Trump, antes de calificar a su «amigo» Xi Jinping como un» jugador de póker de nivel mundial».

 

 

 

 

China rechazó esta acusación. «Nosotros no tenemos intenciones escondidas», afirmó el portavoz de la diplomacia china, Lu Kang.

 

 

 

 

La sospecha de doble juego tiene como objetivo convertir a Pekín en el chivo expiatorio de la anulación de la cumbre donde los «halcones» de la administración Trump son los principales responsables, sostuvo el politólogo chino Hua Po.

 

 

 

 

«Esto es solo un subterfugio. Creo que la cancelación de la cumbre está relacionada sobre todo con las diferencias internas en Estados Unidos sobre la política a seguir con respecto a Corea del Norte», dijo a la AFP.

 

 

 

 

«Pekín no tenía nada que ganar saboteando la cumbre», dijo desde Washington la analista Bonnie Glaser, del Centro para Estudios Internacionales y Estratégicos. Porque la anulación de la reunión, que estaba prevista para el 12 de junio en Singapur, «es el germen del regreso activo de Estados Unidos a la opción militar contra Corea del Norte», apuntó.

 

 

 

 

Sin embargo, Jean-Pierre Cabestan considera que los dirigentes chinos sí presionaron a Kim Jong Un en Dalián porque desde el punto de vista de Pekín «se estaba acercando demasiado a Estados Unidos, participando de un juego de equilibrio desfavorable para China».

 

 

 

 

¿En el centro de juego?

 

 

 

Más que el arsenal nuclear de Pyongyang, la «obsesión» de China «es la estabilidad y el mantenimiento de las dos Coreas», sostuvo el experto en sinología.

 

 

 

 

Al igual que Donald Trump, Xi Jinping tuvo que prometerle a Kim Jong Un la ayuda económica que puede darle a su país, en momentos que Corea del Norte ha hecho del desarrollo una prioridad estratégica.

 

 

 

 

La diplomacia china hizo hincapié este viernes en que ni Washington ni Pyongyang habían cerrado la puerta al diálogo, y pidió a ambas partes que mostraran «buena voluntad».

 

 

 

 

De hecho, el presidente Trump declaró este viernes que la cumbre aún podría celebrarse en la fecha prevista inicialmente, el 12 de junio. «Ellos (Corea del Norte) realmente quieren hacerla. Nosotros queremos hacerla. Veremos qué pasa», dijo en la Casa Blanca.

 

 

 

 

«Sin duda China podría esforzarse por volver a encarrilar la cumbre», apuntó Bonnie Glaser. «Si Xi Jinping logra una mediación entre Kim y Trump, podría obtener un mejor acuerdo comercial con Estados Unidos, lo que sería beneficioso para Pekín», dijo.

 

 

 

 

«A Xi Jinping seguramente le gustaría ser el gran organizador de una cumbre Trump-Kim», indicó Cabestan. «China tiene interés en volver al centro del juego».

 

 

 

 

 

 

AFP

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