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Unicef busca ayuda para una Centroamérica devastada por los huracanes

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Unicef busca ayuda para una Centroamérica devastada por los huracanes


Unicef busca recaudar cerca de 43 millones de dólares para proporcionar apoyo humanitario e insumos a unas 600.000 personas en la región.

 

Residentes en Puerto Cabezas, Nicaragua, remueven escombros de su casa destruida por el huracán Iota en la segunda semana de noviembre de 2020.
Los equipos humanitarios en Centroamérica necesitan 42,6 millones de dólares para brindar socorro crítico a unas 646.000 personas que fueron golpeadas por dos huracanes, inundaciones y deslizamientos de tierra, dijo el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en un comunicado el jueves.

 

 

Los huracanes Eta e Iota devastaron de manera consecutiva varios países centroamericanos este mes, causando inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra.

 

 

“Pensamos que el huracán Eta fue malo, pero el huracán Iota puede terminar siendo aún peor para los niños en Centroamérica”, dijo Bernt Aasen, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe.

 

 

Eta fue el primero en llegar a Centroamérica, causando daños a unos 4,6 millones de personas en Honduras, Nicaragua, Guatemala, Belice, El Salvador, Costa Rica y Panamá.

 

 


Centroamérica solicita asistencia tras devastación de huracanes y COVID-19
Las economías centroamericanas, ya golpeadas por el coronavirus, han sido devastadas ahora por los daños y destrucción de los huracanes Eta e Iota. Los mandatarios de la región están pidiendo un paquete especial de asistencia para la reconstrucción de sus economías. El Banco Centroamericano de Integración Económica prometió gestionar los fondos necesarios y comprometió extender por un año más un programa de apoyo financiero a la pequeña y mediana empresa.
El huracán Iota siguió una semana después, causando más devastación. Unicef dice que teme por la salud y el bienestar de casi dos millones de niños en toda la región.

 

 

“Es un huracán tras otro, pero cada vez más fuerte”, dijo Aasen, quien advirtió que lo peor aún está por llegar ya que “el agua aún no ha retrocedido”, pero las “necesidades humanitarias de las familias y los niños son inmensas y siguen creciendo día por día.»

 

 

Iota, un huracán de categoría 4 en una escala de 1 a 5, arrasó comunidades enteras y derribó árboles y postes de electricidad. Hasta el momento, se han reportado 26 muertes, incluidas 16 en Nicaragua, donde alrededor de 114.000 hogares no tienen luz y 47.000 no tienen agua.

 

 

La organización advirtió que «los niños que sobrevivieron a ambos huracanes ahora corren el riesgo de morir de enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades infecciosas». En el comunicado, señaló que “ya se han reportado casos de hepatitis y malaria en algunos albergues”.

 

 

Unicef dice que está trabajando para brindar apoyo humanitario a más de 600.000 personas en Nicaragua, Belice, Guatemala y Honduras. La organización alerta que las continuas lluvias y las limitaciones relacionadas con la pandemia han obstaculizado el acceso a algunas áreas afectadas.

 

 

 Voz de América

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