La organización Cedice Libertad emitió un comunicado en el que rechazó las declaraciones del ministro para el Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Jesús Faría, quien aseguró que desde su percepción lo peor de la crisis económica “ya pasó”.
“Faría mostró su aprobación a la violación a los derechos de propiedad a través de las expropiaciones, pese a que reconoció el fracaso de varias de las empresas que ha expoliado el gobierno nacional”, resaltó el escrito.
Farías dijo en una entrevista que el gobierno busca construir “un Estado donde se aplique el socialismo para superar las deficiencias del capitalismo”
Comunicado
Las recientes declaraciones del ministro para el Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Jesús Faría, muestran que
el gobierno nacional insiste en desconocer que el modelo económico centralmente planificado es la verdadera causa de la crisis socioeconómica de Venezuela, por lo que es errónea su percepción de que “lo peor ya pasó”.
Durante una entrevista en el canal Telesur, Faría insistió en que el gobierno busca construir “un Estado donde se aplique el socialismo para superar las deficiencias del capitalismo” y volvió a defender varias de las medidas, que son las causantes del fracaso del modelo económico, entre ellas los férreos controles y la política cambiaria.
Sin embargo, el ministro obvió referirse a que es gracias a ese satanizado “capitalismo”, que a lo largo de la historia y en todo el planeta se ha logrado una economía sana y la prosperidad del individuo. Logros que, además, no se han materializado en ninguna de las naciones en las que ha intentado controlarse la actividad económica de manera centralizada, “aplicando el socialismo”, como Faría pregona.
En parte de sus declaraciones, Faría mostró su aprobación a la violación a los derechos de propiedad a través de las expropiaciones, pese a que reconoció el fracaso de varias de las empresas que ha expoliado el gobierno nacional.
El ministro Faría se equivoca: lo peor de la crisis económica en Venezuela no ha pasado ni pasará hasta que el gobierno no revierta las acciones planificadoras e intervencionistas que aplica en materia económica, como los controles de cambio y la violación a la propiedad privada, medidas que impiden el logro de una sociedad libre y próspera, que solo es posible en el marco de una economía de mercado.
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