El vehículo Chevrolet Corsa, placas GCS-14W, propiedad del escolta asesinado, José Daniel Carrillo, de 30 años, no fue quemado, como se dijo en un principio. Estaba abandonado en el sector campesino de Arenales, un caserío ubicado al sureste del estado Aragua, cerca de Magdaleno.

Allí fue encontrado por vecinos en horas de la mañana del miércoles 21 de enero.

Los primeros en llegar fueron los funcionarios de Poliaragua, a eso de las 8 y media de la mañana, y se percataron de la presencia del cadáver dentro de la maleta.

El cuerpo del funcionario había sido baleado y quemado. No tenía ningún documento para lograr identificarlo, pues le robaron todo.

Los efectivos del Cicpc que acudieron al sitio para levantar el cadáver determinaron que al cuerpo de la víctima le faltaban dos huesos: el fémur y el peroné de una pierna.

Los restos fueron llevados a la morgue de Caña de Azúcar, y una semana después a la de Bello Monte, en Caracas.

Familiares del escolta, quien además era funcionario del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), fueron quienes lo identificaron en la medicatura forense del estado Aragua, pues se enteraron del hallazgo del cadáver dentro del vehículo, que sabían era de su propiedad.

Sin embargo, los funcionarios decidieron trasladar el cuerpo a Caracas para determinar del todo, que se trataba de él.

El último día que se supo de José Daniel fue el martes 20 de enero. Ese día salió de su vivienda, ubicada en la localidad de Güigüe, estado Carabobo, con dirección hacia Caracas, pues debía integrarse a sus labores como escolta del defensor del pueblo, Tarek William Saab.

Como nunca llegó, los compañeros se alarmaron por la ausencia, avisaron a los parientes y comenzaron a buscarlo. Incluso sus compañeros revisaron las cámaras de seguridad del ente, para percatarse de sus últimos movimientos laborales.

Funcionarios que investigan el caso creen que fue secuestrado y asesinado.

DEIVIS RAMÍREZ MIRANDA

 EL UNIVERSAL