Buenaventura: qué hay detrás de la protesta de días que dejó saqueos y un muerto en el segundo puerto de Colombia
mayo 22, 2017 12:59 pm

El principal puerto de Colombia en el océano Pacífico ya llevaba cuatro días protestando cuando la violencia consiguió que el mundo volteara a ver, aunque fuera brevemente, a Buenaventura.

 

 

 

La situación se empezó a tensar el viernes en horas del mediodía, luego de que se interrumpiera el diálogo entre las autoridades gubernamentales y los promotores del paro cívico en demanda de mayor atención por parte del Estado, que inició el martes en esa ciudad de 450.000 habitantes.

 

 
Según reporta el diario El Tiempo, poco después escuadrones antidisturbios de la policía (Esmad) chocaron con grupos de manifestantes que bloqueaban una de las salidas de la ciudad.

 

 
La tensión se trasladó luego al casco urbano, dónde se registraron enfrentamientos en horas de la tarde.

 

 
Y, según las autoridades, la situación fue aprovechada por grupos de delincuentes para proceder al saqueo de comercios, que se prolongaron ya entrada la noche, dejando pérdidas por el orden de los US$2,7 millones a los comerciantes locales.

 

 

 

«Lamentamos que una protesta ciudadana y tranquila se haya vuelto en una asonada en manos de delincuentes que violentaron establecimientos de comercio, agredieron a la población y a vehículos automotores», declaró luego el secretario general de la presidencia, Alfonso Prada.

 

 
«Confiamos mucho en que la Fuerza Pública mantendrá la mano firme para garantizar que la delincuencia no se tome un distrito como Buenaventura», advirtió sin embargo el ministro, quien también informó que las autoridades ya habían arrestado a 80 personas por su participación en los actos vandálicos.

 

 
Un muerto

 

 
Según las autoridades, que redoblaron la presencia de las fuerzas de seguridad en la zona pero también se dijeron dispuestas a retomar el diálogo, en los sucesos también resultaron 10 policías lesionados.

 

 
Un día antes, un patrullero de la policía murió luego de que una cuerda que bloqueaba una carretera como parte del paro cívico lo hiciera caer de la moto en la que viajaba.

 

 

 

A través de un comunicado, los promotores del paro lamentaron la muerte del policía, así como la violencia del viernes, por la que también responsabilizó a las fuerzas del orden.

 

 
Pero ni eso, ni la declaratoria de un toque de queda en la ciudad por parte del alcalde de la ciudad. Eliécer Arboleda, parecen ser razón suficiente acabar con una protesta que se estima está dejando pérdidas superiores a los US$4 millones diarios.

 

 
«El Comité del Paro Cívico expresa su solidaridad con los familiares del joven fallecido y de las personas lesionadas el día de ayer. De igual manera rechazamos el uso desmedido de la fuerza por parte del Esmad y de la Policía contra el pueblo de Buenaventura», se lee en el comunicado.
Y el Comité también instó a los ciudadanos a «guardar la cordura y el buen comportamiento» en las nuevas manifestaciones «previstas para los próximos días».

 

 

 

Así, el mismo sábado miles de bonaverenses volvieron a salir en las calles, vestidos de blanco para reivindicar el carácter pacífico de su protesta.
Y al grito de «Se cansó, Buenaventura se cansó», los habitantes del puerto le pidieron al gobierno respuestas inmediatas a sus problemas de acceso a salud, agua potable, fuentes de trabajo y seguridad, entre otros problemas.

 

 
Cansados de promesas

 

 
Aunque la mitad de las exportaciones colombianas pasan por Buenaventura, el 64% de su población vive en condiciones de pobreza y la tasa de desempleo es del 62%.

 

 
Y las millonarias inversiones en el puerto contrastan con la falta de un hospital y un servicio de agua potable intermitente, en el mejor de los casos.

 

 

 

Lo que más parece molestar a los habitantes del puerto, sin embargo, es que esta no es la primera vez que el gobierno colombiano se ve forzado a sentarse a conversar sobre los urgentes problemas de la ciudad y promete acelerar sus esfuerzos para solucionarlos, sin que se vean resultados.
Hace tres años, por ejemplo, los graves problemas de seguridad de Buenaventura llevaron a la formulación de un «plan de choque» que incluía proyectos de inversión para la ciudad y la región del Pacífico por el orden de los US$600 millones.

 

 

 

Pero los bonaverenses insisten en que muchos de los problemas que denunciaron en esa oportunidad siguen iguales.

 

 
«No soy técnico para decirlo, pero solo por atreverme a responder le pondría tal vez un 30 por ciento de ejecución», es la evaluación que del cumplimiento de esas promesas hace el obispo de la ciudad, Monseñor Héctor Epalza.

 

 
«Todo se lo resumo con este ejemplo. En redes sociales está circulando un video con mi intervención en el Congreso, hace tres años, y ríase porque las quejas, denuncias, demandas y reclamaciones son las mismas de ahora y que motivaron el paro», le dijo el prelado a la revista Semana.

 

 

 

 

BBC

Por Confirmado: Gabriella Garcés