«Nos encantan los ganadores en este país. Es un país competitivo. Nos consideramos los mejores del mundo en todo, ¿no? Pero la idea de que sacrificaríamos a nuestros jóvenes para ganar, creo que nos desagrada. Nunca habríamos dicho que se trataba de eso», sostiene Jennifer Sey, la ex gimnasta de la selección olímpica de Estados Unidos, después de relatar el caso de Kerri Strug en los juegos celebrados en Atlanta, en 1996.
¿La razón? La joven participó en la contienda lesionada y después de dar su segundo salto, aterrizó en un solo pie y salió de la colchoneta a rastras. Dos paramédicos tuvieron que llevársela cargada. Sin embargo, el jurado la evaluó con 9,712 y ganó la medalla de oro para la representación de la tierra del Tío Sam.
«El entrenador Bela Károlyi (responsable en el pasado del triunfo de Nadia Comaneci en 1976) la levantó (con su pie enyesado) y la ovacionaron como una heroína. Lo único que pensaba era: ¿por qué celebramos esto? No finjan que tenía otra opción. No iba a hacer otra cosa que soltar», asegura Sey.
La declaración es uno de los testimoniales que recoge Atleta A, documental dirigido por Bonni Cohen y Jon Shenk, disponible en Netflix.
Inicialmente, el espectador puede pensar que los realizadores le mostraran la presión y entrenamiento a los que son sometidas las gimnastas por llevarse la gloria en las olimpiadas, pero Cohen y Shenk van mucho más allá, sumergirán a quien mira en la investigación de un equipo de periodistas de The Indianapolis Star, que dio a conocer la historia del doctor Larry Nassar, quien a lo largo de 20 años, abusó sexualmente de 500 menores de edad, entre ellas, nueve estrellas de la selección nacional de esa nación.
Nassar trabajó por más de dos décadas en USA Gymnastics, pero en junio de 2015 Maggie Nichols denunció su errático comportamiento. ¿Qué obtuvo a cambio? Retaliaciones, exclusión y no se le seleccionó para integrar el equipo olímpico de EEUU. La organización encargada de elegir a las mejores atletas de la nación no solo no comunicó inmediatamente la situación a las autoridades correspondientes sino que le dio la espalda y la apartó de su sueño más grande. Aún más, permitió que un depredador sexual sumara nuevas víctimas.
Lo que nunca imaginaron Marta Károlyi y Steve Penny, de USA Gymnastics, es que la publicación de The Indianapolis Star llenaría de coraje a las cientos de sobrevivientes de Nassar y pondría al descubierto su negligencia e indiferencia sino que también cavaría la tumba legal de su destrucción.
Jennifer Sey profundiza en su relato. «En otros deportes, los atletas son adultos y pueden tomar sus decisiones razonables sobre lo que quieren. No creo que eso suceda en la gimnasia (…) a estas niñas las entrenan desde los 10 años y las abusan y las maltratan. Así que para cuando son mayores la línea entre el entrenamiento duro y el abuso infantil se vuelve borrosa», sentencia.
La cultura de temor, intimidación y silencio cimentada durante décadas por Bela y Marta Károlyi, al frente de USA Gymnastics, fue el marco ideal para que ocurrieran las atrocidades de las que fue capaz el hoy prisionero Larry Nassar.
Después del éxito de descarga que significó Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico, que reveló los años de abusos sexuales del empresario estadounidense, Netflix se anota otro hit con Atleta A, producción que pone la lupa sobre la rigurosa investigación periodística hecha por The Indianapolis Star, tan contundente que ni el mismo FBI pudo seguir ocultando los desmanes de Nassar y, sobre todo, expone los delitos en los que incurrió USA Gymnastics al intentar proteger su imagen en aras de sus beneficios económicos por encima del bienestar y la protección de las deportistas a su cargo, todo en una hora y 44 minutos. Sencillamente imperdible.
Fuente: El Universal
Por: María Laura Espinoza
En Twitter: @i_am_LauEz14
