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Amor y tecnología: ¿Cómo influye en las relaciones de pareja?

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Amor y tecnología: ¿Cómo influye en las relaciones de pareja?

Twitter, Facebook, Whatsapp: Las tecnologías han cambiado la manera en que se crean y desarrollan las relaciones sociales, y eso significa también las de pareja.

 

1. ¿Cómo afectan las nuevas tecnologías a las relaciones de pareja? ¿En qué las benefician y en qué las perjudican?

 

En la medida en que tan sólo se trata de un instrumento más a nuestro alcance, el cómo lo utilicemos puede afectar de manera positiva o negativa, pero depende finalmente de nosotros. Las nuevas tecnologías, en las manos no adecuadas, pueden suponer un exceso de control sobre la pareja: saber dónde está, con quién habla, llamar innumerables veces todos los días (eso sí, con la excusa de “cuánto te quiero o cuánto te echo de menos”).

También puede suponer leer o escuchar mensajes subidos de tono, agresivos o desagradables si no se tienen la capacidad suficiente para decir NO o, simplemente, colgar o apagar el aparato. Sin embargo, pueden tener un efecto maravilloso cuando se usan con sentido común y delicadeza, para enviar el mensaje adecuado en el momento correcto; para proponer planes sorpresa o decidir cambios de último momento de manera consensuada, o para sentirnos seguros de que, alguien que nos quiere bien, está fácilmente disponible a tan sólo un gesto del pulgar.

La tecnología se encarga de poner a nuestro alcance todas las herramientas para poder seguir cuidando y queriendo bien a los que amamos. Su uso adecuado permite que las relaciones de pareja consoliden la confianza recíproca, se enriquezcan gracias al intercambio de información, o se sientan más próximas emocionalmente. Por otro lado, lo que podría parecernos que, a priori, las perjudican, quizás sea la manera de darnos cuenta de que estamos con una persona excesivamente inmadura, controladora, celosa patológica, o abusiva.

 

2. ¿Son menos reales las relaciones que se crean en la red o mediante una app?

 

En absoluto. Si tenemos en cuenta que la red es simplemente un medio, pero que las relaciones se consolidan finalmente cara a cara, ¿qué más da conocerse en la plaza del pueblo, en un bar, en una fiesta o en Internet? Se convertiría en problema si la relación es exclusivamente por la red, pues ahí probablemente estaremos enamorados… de la pantalla del ordenador. Nos faltan múltiples elementos para determinar si una persona puede pasar a formar parte de nuestra intimidad afectiva que, por supuesto, tiene que terminar siendo física (en el nivel que decidamos). Los mensajes, los chats, pueden facilitar la relación, pero no son “la” relación.

 

3. ¿Con qué hay que tener cuidado?

 

Las situaciones que vivamos con gente en la red tan sólo nos ayudarán a ser más conscientes de las herramientas con las que contamos para relacionarnos, y si hay algo que todavía tengamos que aprender:

– No creerse a pies juntillas todo lo que le dicen a uno por la red (ni en la vida real).

– No enamorarse perdidamente de la pantalla del ordenador (hay que quedar cuanto antes).

– No engancharse al primero que contesta (la red está llena de gente).

– No estamos obligados a contestar a todo el mundo que nos envía un mensaje. Haz una buena selección.

– No facilitar nuestros datos personales hasta que no sepamos exactamente con quién estamos tratando (y, aun así, tampoco es obligatorio).

– No permitir que nadie nos hable en un tono, un vocabulario o una frecuencia que nos incomode o desagrade (con no contestar o bloquear a esa persona, es suficiente. No hay que estar justificándose hasta el infinito de porqué se hace).

 

4. ¿Hay alguna página 100% fiable para conocer gente?

 

Hay que aprender a confiar al 100% en uno mismo. Y cuando se esté en un sitio en el que no nos sintamos cómodos, o veamos cosas que no nos gustan, salir inmediatamente de él. Es increíblemente sencillo.

 

5. ¿Cómo se anima a una persona que siente animadversión por este tipo de cosas o que no esté acostumbrado a ello a empezar a usarla? ¿Por qué pueden ser beneficiosas?

 

Aunque hace unos años la desconfianza hacia la red era más evidente, en poco tiempo Internet se ha consolidado como un lugar absolutamente natural para conocer gente y relacionarse. Ya nadie se extraña demasiado cuando sabe que dos personas se hayan podido encontrar en Internet. Con los horarios tan ajustados que tenemos en la actualidad, es una gran ventaja poder conocer y hablar un rato con otros sin tener que arreglarse, salir de casa, viajar o trasnochar. Se puede volver tarde del trabajo, ducharse y cenar, a la vez que se intercambian mensajes con unas cuantas personas, se arreglan citas para el fin de semana o simplemente se pasa un buen rato en compañía virtual. Luego, se cierra la tapa del ordenador, y no ha tenido uno que hacer filigranas para disfrutar de algo de vida social.

 

6. ¿Cómo pueden afectar las redes sociales a un relación consolidada?

 

Si la relación es sana, las redes sociales permiten agudizar y ejercitar el sentido del humor y ponen a disposición de su imaginación y creatividad la utilidad que proporcionan estos medios: un comentario en Facebook en un perfil inesperado, una fotografía etiquetada que sea significativa para ambos, un mensaje en Twitter de un amigo hablando de las bondades de nuestra pareja… En fin, el uso adecuado de las nuevas tecnologías permite que las relaciones en pareja sean más ricas, más cómplices, divertidas y fáciles de gestionar. No hay que dejar pasar esta gran oportunidad.

 

7. Consejos de uso de redes sociales (para que no afecten a la pareja).

 

Las recomendaciones son generales para cualquier tipo de relación. Pero podríamos, a grandes rasgos, sugerir las siguientes:

1- Contestar cuando se quiera o cuando se pueda. No podemos exigir que alguien nos conteste, sino que tendremos que plantearnos el porqué de la demora o silencio, e intentar ganarse a la persona de gestos mejores.

2- No contestar, ni por escrito ni por voz, a llamadas repetitivas e insistentes. Permitir que la otra persona baje su estado de agitación hasta que pueda comunicar tranquilamente lo que desea.

3- No es preciso tener que justificar lo que uno está haciendo continuamente.

4- Borrar o bloquear a quien nos abrume con mensajes agresivos, incisivos o insistentes.

5- Básicamente, tener claro que nuestra intimidad tienen un límite; que las nuevas tecnologías suponen un fácil acceso a él; y que somos nosotros quienes tenemos no solamente el derecho, sino la obligación de decidir quién entra en nuestra vida, y quién no, y de qué manera.

 

 

 

 

 

Fuente: Cosmohispano

 

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