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Amal Clooney: “Yo también soy una refugiada”

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Amal Clooney: “Yo también soy una refugiada”

La abogada y activista afirmó que si Reino Unido no la hubiera ayudado cuando su familia escapaba de la guerra de Líbano, hoy no sería quien es

 

 

 

La vida de Amal Clooney es radicalmente distinta desde que conoció al actor George Clooney y terminó por convertirse en esposa de uno de los solteros más cotizados de Hollywood. Pero Amal Clooney ya era antes un personaje conocido en los círculos legales como abogada internacional especializada en derechos humanos, y aunque la fama de su marido le ha restado privacidad, ella también sabe rentabilizar la repercusión que provoca cada una de sus apariciones y declaraciones.

 

 

 

Durante su visita a Toronto (Canadá) participando junto a su suegro, el veterano periodista Nick Clooney, en Luminato, el festival internacional de arte de la ciudad, no ha dudado en defender su compromiso con los refugiados y la necesidad de ayudarles, poniéndose ella misma como ejemplo. «Yo soy una refugiada», dijo alto y claro Amal Clooney durante la charla en el Hal Roy Thomson Hall celebrada el pasado viernes. «Si el gobierno del Reino Unido no me hubiera tendido una mano cuando mi familia escapaba de la guerra en el Líbano, no hubiera podido crecer en un ambiente seguro ni recibir la educación que tengo, ni hacer ninguna de las cosas que he hecho», añadió.

 

 

 

 

El auditorio del recinto, que completó su aforo, aplaudió convencido de la razón de las palabras de la abogada y activista. «Estoy muy agradecida de haber podido entrar a un país que mostró compasión por mí. Ojalá eso estuviera sucediendo en más lugares del mundo», dijo Clooney. Palabras contundentes enmarcadas en un contexto más amplio sobre los problemas mundiales más acuciantes, entre los que Clooney habló de la crisis de los refugiados pero también del movimiento March for our lives, que lucha contra la violencia sexual contra las mujeres y de la libertad de prensa.

 

 

 

Un contexto en el que sus declaraciones como persona que ha vivido en su propia carne el hecho de huir de una guerra y la miseria en su país le otorga un valor especial cuando se refiere a la separación de los niños inmigrantes de sus familias en Estados Unidos. «Es vergonzoso. No es solo ilegal, es inmoral», dijo Amal Clooney, libanesa y británica, antes de atacar la nueva orden ejecutiva firmada por el presidente estadounidense Donald Trump por «no resolver el problema» y continuar con la política de tolerancia cero, de la que dijo que carece «totalmente de humanidad».

 

 

 

El activismo del matrimonio Clooney respecto a los derechos humanos no se queda solo en el terreno de las palabras. A principios de la semana pasada, la fundación Clooney Foundation for Justice creada por la pareja, realizó una donación de 100.000 dólares al Young Center for Immigrant Children’s Rights, una organización que representa en los tribunales a los menores no acompañados y separados de sus familias. Durante el pasado mes de febrero también se conoció a través del programa de David Letterman My next guest needs no introduction (Mi próximo invitado no necesita presentación) dedicado a George Clooney que el matrimonio había acogido a un refugiado que Amal había conocido mientras representaba legalmente a víctimas del genocidio perpetrado por el ISIS. Se trata de Hazim Avdal, de 23 años, un refugiado iraquí que escapó del ISIS y que la impresionó cuando lo conoció «por su coraje, pero también por cómo habló, incluso después de todo lo que había perdido, sobre su deseo de justicia, no de venganza».

 

 

 

Avdal, que también le contó a Amal su sueño de estudiar algún día en Estados Unidos cuando se conocieron, estudiaba en febrero en la Universidad de Chicago gracias a la ayuda del matrimonio Clooney y vivía en la casa que tienen en Augusta (Kentucky). Ese es el principal objetivo de la fundación creada por la pareja, a la que han destinado fondos por más de 20 millones de dólares (17 millones de euros): ayudar a los refugiados facilitándoles vivienda, educación y protección legal. En la misma grabación del programa de Letterman, George Clooney se refería a su esposa como «un ser humano extraordinario». «Cuando la ves en persona te hace sentir increíblemente orgulloso y también increíblemente pequeño».

 

 

El País

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