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Abusar del alcohol o del cannabis condena a los hijos a un riesgo mayor de esquizofrenia

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Abusar del alcohol o del cannabis condena a los hijos a un riesgo mayor de esquizofrenia

Abusar del cannabis, del alcohol o de otras sustancias aumenta, y mucho, el riesgo de esquizofrenia tanto para el consumidor como para sus hijos.

 

 

 

El consumo a largo plazo de cannabis se asocia, entre otros efectos nocivos y según alertan numerosos estudios, con un mayor riesgo de periodontitis, de bronquitis, de distintos episodios cardiovasculares mayores –caso del infarto de miocardio y del ictus– y de, muy probablemente, enfermedades infecciosas y cáncer. Un cannabis que, además, se asocia a una mayor probabilidad de aparición de distintos trastornos mentales. Es el caso de la esquizofrenia, cuyo riesgo de desarrollo se quintuplica en los adultos que han consumido cannabis en su adolescencia o juventud. Así lo según muestra un nuevo estudio dirigido por investigadores del Hospital Universitario de Copenhague (Dinamarca), en el que asimismo se alerta de que el abuso de cualquier droga, ya sea legal –como el alcohol– o ilegal, aumenta, y mucho, la probabilidad de padecer este problema de salud mental.

 

 

 

 

Como explica Merete Nordentoft, directora de esta investigación presentada en el marco de la Reunión Internacional de la Asociación Internacional de la Psicosis Temprana (IEPA) que se está celebrando en Milán (Italia), «en nuestro trabajo hemos visto que el aumento del riesgo de esquizofrenia fue significativo incluso transcurridos de 10 a 15 años del diagnóstico de abuso de una sustancia. Así, nuestros resultados evidencian una asociación contundente entre el abuso de prácticamente cualquier tipo de sustancia y un incremento del riesgo de desarrollar esquizofrenia en etapas más avanzadas de la vida».

 

 

 

 

Con cualquier sustancia

 

 

 
Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los historiales médicos de un total de 3.133.968 adultos daneses, 21.303 de los cuales habían sido diagnosticados de esquizofrenia. Además, los historiales revelaron hasta 204.505 episodios de abusos de sustancias –entre otras, alcohol, cannabis, drogas alucinógenas, anfetaminas y sedantes– en la población estudiada.

 

 

 

 
Una vez descartados otros factores asociados con una mayor probabilidad de desarrollo de esquizofrenia, caso del género, del abuso concomitante de varias sustancias, del diagnóstico previo de otros trastornos mentales o del nivel socioeconómico de los padres, los resultados mostraron que el consumo abusivo de cannabis aumentó hasta 5,2 veces el riesgo de padecer esquizofrenia. Un efecto negativo, además, del que no se libraron el resto de sustancias. Y es que abusar del alcohol incrementa en 3,4 veces este riesgo; las drogas alucinógenas, 1,9 veces; los sedantes, 1,7 veces; y las anfetaminas, 1,24 veces.

 

 

 

 

El mayor riesgo de esquizofrenia fue significativo incluso a los 10-15 años del diagnóstico de abuso de una sustanciaMerete Nordentoft
Sin embargo, como reconocen los propios autores, «el nuestro es un estudio de cohortes, por lo que no es posible determinar si el alcohol o el abuso de otras sustancias aumenta realmente el riesgo de esquizofrenia. Es posible que las personas con una mayor probabilidad para desarrollar este trastorno sean más proclives al abuso de sustancias o más susceptibles a este efecto negativo asociado con su consumo. Y es que la relación entre la esquizofrenia y el abuso de sustancias es ciertamente compleja».

 

 

 

 

Consumo ‘pasivo’

 

 

 
Y en este contexto, ¿cómo influye el abuso de estas sustancias por los padres y las madres en el riesgo de esquizofrenia de sus hijos? Pues para responder a esta cuestión, los autores llevaron a cabo un segundo estudio en el que, nuevamente, se constató un mayor riesgo de enfermedad mental por el abuso de sustancias, aunque en este caso no fueran consumidas directamente por los niños.

 

 

 

 

Concretamente, los resultados alertaron que el consumo abusivo de las madres, ya fuera antes o después de tener el bebé, conllevó un aumento de hasta seis veces en el riesgo de esquizofrenia de sus hijos. Una probabilidad de diagnóstico infantil que, por su parte, fue 5,5 veces mayor en el caso de que el consumidor abusivo fuera el padre.

 

 

 

 

Es más; el abuso del alcohol también supone un mayor riesgo de esquizofrenia para los niños, si bien en este caso es mucho mayor si este se produce antes del nacimiento –5,6 veces mayor si el consumidor es la madre y 4,4 veces superior si es el padre– que en la etapa de desarrollo infantil –el riesgo se duplica si el consumidor es la madre y es 1,8 veces mayor si es el padre.

 

 

 

 

Como concluye Merete Nordentoft, «la exposición de segunda mano o pasiva al cannabis se encuentra aparentemente asociada a la esquizofrenia. Y si bien la exposición pasiva al humo es ciertamente fácil, con otras sustancias como el alcohol no hay esta exposición de segunda mano, lo que podría explicar la menor cuantía de las asociaciones observadas con estas sustancias tras el nacimiento».

 

 

 

 

Fuente: abc

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