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6 intimidades de una pareja que no son sexo

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6 intimidades de una pareja que no son sexo

En una relación de pareja hay momentos sociales, familiares e íntimos. El primer pensamiento, el primer concepto que nos surge cuando hablamos de intimidad es la relación sexual… pero esto, si bien esabsolutamente íntimo entre dos, no es lo más íntimo. De hecho, podemos tener sexo con un extraño, pero muy difícilmente permitiremos que nos vea recién levantados y sin arreglarnos. A eso me refiero, La intimidad en la pareja se construye de esas otras pequeñas cosas menos glamourosas y publicitadas que la relación sexual, pero que hacen al verdadero conocimiento y confianza en el otro.
¿Cuáles son? Veamos:

 

Dormir juntos sin sexo

 

 

Acostarse al lado del otro, poner un brazo sobre su cintura o acariciar su rostro mientras no se quiere más que estar así, disfrutando el momento, sin la ansiedad de sexo urgente. La ternura en la cama, la comunicación o, simplemente, el entrelazar las piernas y descansar juntos sin tener que demostrar o esperar sexualidad efervescente es una de las intimidades de pareja. Nadie quiere estar en la cama sin sexo con un extraño.

 

 

Mirarse a los ojos intensamente

 

 

Hay pocas cosas más íntimas que mirar dentro de los ojos del otro durante largo rato. Incluso hay experimentos al respecto que han demostrado que no se puede mirar a alguien durante mucho tiempo sin empezar a sentir algo. Por eso, una pareja que se ama, no puede encontrar mejor vía de comunicación para expresar su intimidad absoluta que una larga y profunda mirada a los ojos.

 

 

Cuidar del otro y dejarse cuidar en la enfermedad

 

 

Cuando alguien se siente mal, enfermo, se siente vulnerable e indefenso.

El dolor puede provocar aislamiento y ganas de estar solo, no es nuestro mejor momento y no es muy gratificante dejarse ver en ese momento de debilidad… a no ser que la persona que nos cuide en ese momento sea la persona que amamos. Cuidar del otro cuando está enfermo, soportar su mal humor, sus síntomas y su flaqueza… dejar que el otro nos vea así, vulnerables, caídos, desordenados… es un acto absoluto de intimidad.

 

 

Hacer NADA juntos 

 

 

Eso mismo, hacer nada… estar juntos escuchando la respiración del otro mientras miramos el techo. Sentir su presencia tirados en el césped una tarde de sol. Sin necesidad de hablar, de hacer, de contar o preguntar. Estar, simplemente estar relajado sabiendo que la persona que amas está contigo y tú estás con ella. No hace falta llenar silencios porque los silencios forman parte del amor si no están llenos de tensión. Difícil de hacer con un extraño… ¿verdad?

 

 

Viajar juntos solos

 

 

Sin amigos, hijos o familia. Recorrer caminos y experiencias nuevas solos, los dos. Es una forma de retomar la comunicación si se ha cortado o de seguir profundizando en ella cuando existe y es saludable. Estar lejos de la rutina y las zonas de seguridad con el otro, hacen que sea el otro, precisamente, el punto de anclaje al que queremos fijarnos con más ahínco.

 

 

Conocer el pasado del otro sin juzgar

 

Es muy difícil aceptar todo el bagaje del otro, incluidos hijos e historias del pasado. Por eso, saber sin juzgar es una forma de intimar con la persona presente que es tu pareja y todo lo que ha compuesto que sea como es hoy. Decir «no quiero saber nada, no me importa tu pasado» es negar la vida del otro antes de conocerte, dejando aislados sus recuerdos y experiencias, al margen de la pareja. Lo bueno es incluirlos, aceptarlos y olvidarlos juntos si es lo que se desea.

 

 

Fuente: Parejas

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